Rebelión científica por la inacción hacia el cambio climático

(LeMexico) – El cambio climático y el calentamiento global son dos factores que afectan y afectarán la vida de los humanos en la Tierra, la estamos haciendo inhabitable.

Por todo el mundo, los científicos de scientists rebellion alzaron la voz furiosos y asustados, por medio de una campaña de desobediencia civil, reclamando con urgencia acciones climáticas y una revolución. Científicos españoles, junto con un grupo ecologista, fueron a derramar sangre falsa a las escalinatas del Congreso de Diputados en Madrid.

El climatólogo Fernando Valladares, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, declaró que el cambio climático no se detendrá en su paso, al provocar millones de muertos. Reiteró que la comunidad científica internacional está preocupada, ya no saben de qué forma expresarse o qué lenguaje usar para que las acciones para contrarestar el cambio climático sean urgentes.

Uno de los principales iniciadores del movimiento es el científico y profesor Peter Kalmus de la NASA. El profesor se siente muy identificado con el personaje de Leonardo DiCaprio en la película Don´t look up. Incluso, fue arrestado por realizar una protesta para llamar la atención de los gobiernos y la ciudadanía por el Cambio Climático, la realidad superando la ficción.

El profesor reiteró que el uso que le estamos dando al petróleo, gas y carbón, calientan el planeta en niveles que podrían dejarlo inhabitable. La Organización de las Naciones Unidas emitió un reporte la semana pasada, bastante preocupante, sobre el estado actual del planeta. Los expertos climáticos de la ONU confirman que, de no cambiar nuestro consumo, la tierra incrementará su temperatura 3,2%.

Derivado de ello, la fauna marina se podría extinguir por completo. Recordemos que, el año pasado en las costas norteamericanas, moluscos, crustáceos y almejas murieron hervidas por las temperaturas del mar nunca antes registradas. Acto seguido, miles de ciudades a nivel de mar se comenzarán a hundir, habrá muchos incendios forestales provocados, pero por los cambios extremos en el clima y sus altas temperaturas.

En el escenario más pesimista, el calentamiento global por sí solo podría causar muertes por el calor, similar a la ola de calor en el hemisferio norte, en donde fallecieron cientos de personas en Canadá y algunos condados estadounidenses del norte, por el golpe de calor en 2021. Los materiales y el diseño de las casas no están hechos para soportar altas temperaturas, los componentes se descompondrían, pues los materiales actuales retienen el calor en exceso.

Ante estas acciones globales se suman grupos civiles, asociaciones, científicos y algunos políticos, lanzando campañas para hacer algo, ahora que tenemos algo de tiempo antes de esta desgracia. Urgen los compromisos globales por parte de los gobiernos para mitigar el calentamiento global, no podemos esperar a la siguiente COP27, para llegar a ellos.

Debido a esta urgencia, Peter Kalmus ha estado dedicado los últimos años al activismo ambiental. De su viva voz sabemos que los activistas ambientales, y de cualquier causa, preferirían estar en casa con su familia, pero se encuentran luchando ante la inactividad del resto de la población que no apoya en exigir a los gobiernos y realizar actividades para contrarrestar el calentamiento global, es urgente sumarnos.

El conocimiento que los científicos han adquirido con su investigación, en la NASA y países que impulsan el desarrollo tecnológico, ha permitido que abran los ojos ante la situación dramática que está sufriendo el planeta:

“El colapso de la tierra es mucho peor de lo que se cree.”

Parte del activismo de Kalmus es hacer conferencias, clases y protestas. La semana pasada, el profesor se ató junto con unos compañeros científicos a las puertas de un banco de JP Morgan Chase, exigiendo que los bancos del mundo dejen de financiar proyectos donde se apoya a los combustibles fósiles.

Kalmus y sus compañeros fueron arrestados. Al igual que en el resto del mundo, los activistas se han convertido en objetivos de acoso y estigma por parte de los mismos gobiernos y autoridades, catalogándolos como radicales y atentando contra su administración y hasta su persona, cuando solo velan por el futuro del planeta y las generaciones venideras. Este hecho no es ajeno a António Guterres, el secretario general de la ONU:

“Los activistas climáticos son vistos como radicales peligrosos, pero los radicales verdaderamente peligrosos son los países que aumentan la producción de combustibles fósiles.”

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