China está saqueando mares en todo el mundo

El informe es alarmante, muchos lo llaman “la otra armada de Xi Jinping“. Miles de buques pesqueros esquivan autorizaciones y reglas en mares internacionales.

(Infobae) — Esta “invasión pesquera” destruye economías y la biodiversidad, pone en riesgo la fauna marina y el sustento de millones de personas en el mundo. Debido a un amparo puesto por el régimen chino, no es posible frenar su avance.

Hace no muchos días, China festejó el crecimiento de más del 10% en su economía, un festejo que se llevó a cabo sin cuidado nacional y a costa de muchos abusos y omisiones al reglamento internacional, como en el ámbito pesquero.

Al menos 17 mil buques pesqueros en todo el mundo navegan echando sus redes. Es una pérdida de miles de millones de dólares para los gobiernos dueños de las aguas donde este “ejército” está presente. La mayoría de países no tiene el “brazo” para echarlos fuera de sus territorios.

China no perdona en diplomacia, ideología o cultura, si son lugares antípodas o lejanos. Se sabe que entre 2017 y 2018, China pescó la misma cantidad de calamares que Japón y Corea del Sur juntos: 160 mil tonelada que se traduce en 440 mdd en un año, este informe lo reveló Science Magazine. Ian Urbina, periodista de The Outlaw Ocean Project en conjunto con NBC, tachó a China como pirata, en todo su extensivo de la palabra.

Cada vez que el régimen chino tiene que responder al respecto cuando se le llama la atención, se desentiende alegando que su gobierno persigue la ilegalidad de esos pesqueros y “no tienen nada que ver con el gobierno”. El problema es que sus puertos no tienen mucha auditoría y operan casi de manera clandestina.

Los analistas europeos señalan a China como “una merma en el potencial económico de los países y ratero de su dinero”. También añaden: «Para peor, no lo usa sólo para su mercado doméstico, sino que además lo revende en el mercado internacional. Es irónico: muchas veces hasta lo vende a aquellos países a los que saqueó».

En Abril, con todo y la pandemia de Covid-19, en las aguas argentinas se divisaron buques chinos depredando el fondo marino; en unas fotografías se mira una larga línea de luces en el horizonte infinito del Atlántico Sur, al rededor de 300 barcos, todos ilegales, que desaparecían tres días para llevar el botín y regresaban.

En Ecuador también hubo esta clase de violación a su soberanía, pescando ilegalmente camarón. Fue China mismo que se “balconeó” al acusar sin fundamentos que los camarones -no dijo procedencia de compra o adquisición- estaban infectados con coronavirus.

340 buques chinos se encuentran instalados en las Islas Galápagos. Los chinos tienen una ventaja con ellos: la paciencia. Por lo tanto apuestan a que la vigilancia de la Armada no estará para siempre y no será suficiente pues los gastos serán estratosféricos para cubrir el área de 197.300 kilómetros cuadrados y la zona del archipiélago de 419.700 kilómetros cuadrados.

Protestas en Quito, Guayaquil y Galápagos apuntan a que los piratas chinos se vayan. «Mientras vamos en los cruceros hemos visto que en la playas de lugares remotos existen bastante botellas chinas» cuenta Natali Constante, guía de la isla. Los pescadores locales que sustentan la economía y sus casas de la pesca se ven afectados por los barcos chinos.

Un empresario europeo que tiene su sede en América Latina habla bajo el anonimato por miedo que un diplomático del Partido Comunista Chino (PCC) le quite la licencia para operar: «China actúa como un poder imperial que ilegalmente explota los recursos naturales a cambio de vender mercadería barata».

Es algo deleznable lo que han hecho en Liberia, un país poco desarrollado que no tuvo de otra que conceder -a fuerza más que nada- una licencia, allí “la depredación china lleva un sello oficial”. Los súper jabegueros chinos, con sus redes de alcance profundo, tamaño y capacidad, dejaron desechados a los precarios métodos y estrategias de los pescadores autóctonos del lugar.

La Global Initiative es una ONG que la componen 500 líderes de derechos humanos. En conjunto con Poseidon Aquatic Resource Management, una firma consultora de pesca y acuicultura, han elaborado desde 2013 el IUU Fishing Index -índice que mide la pesca ilegal y la actividad no denunciada y no regulada- hace dos años. China ha sido el peor calificado, el año pasado el que sacó la mejor calificación fue Bélgica.

Miren Gutiérrez, investigadora asociada del Overseas Development Institute (ODI) dice: «Luego de haber agotado las poblaciones de peces en aguas nacionales y alentadas por los subsidios, las flotas pesqueras de aguas distantes de China han estado viajando cada vez más lejos y sus empresas han estado construyendo más y más embarcaciones para satisfacer la creciente demanda de productos del mar».

Uno de los conceptos expuestos en la investigación del IUU fue “una armada invisible” y abunda: «China está enviando una armada invisible de barcos industriales para pescar ilegalmente en aguas de Corea del Norte, desplazando violentamente a los barcos más pequeños y encabezando una disminución de más del 70 por ciento en las poblaciones de calamar, que alguna vez fueron abundantes».

A China parece no importarle las relaciones diplomáticas que pueda romper con tal de darle a sus habitantes un poco de pescado para comer.

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