¿Influyen las emociones en nuestra alimentación?

(LeMexico) – Alguna vez te preguntaste: ¿cómo se relaciona la salud mental con la alimentación? La salud también es lo que comes y sientes.

El humano tiene una exigencia energética muy alta. Si la calidad nutritiva de los alimentos que ingerimos es pésima, eso podrá contribuir al desarrollo de una patología mental. Por mencionar alguna: la depresión.

Las neuronas son las células principales del sistema nervioso. Una buena comunicación entre ellas permite controlar todas las funciones de nuestro organismo. Se comunican a través de mensajeros químicos, llamados neurotransmisores. Estos neurotransmisores están formados por nutrientes, especialmente aminoácidos. Algunos aminoácidos los produce el cuerpo. Pero los aminoácidos “esenciales” se obtiene con una buena alimentación.

Según datos de la FAO, las personas con distintos problemas mentales presentan carencias de: Ácidos grasos (pescados y aceites de plantas), minerales (carnes, granos, legumbres, leche, hojas verdes, nueces, huevos o algunas frutas) y vitaminas.

Se ha demostrado que determinados alimentos son proinflamatorios. El consumo de estos se ha relacionado con procesos inflamatorios crónicos corporales y con desarrollo de los síntomas depresivos. Los estados depresivos y trastornos de la memoria pueden acentuarse o generarse si tenemos deficiencia de vitaminas y hierro.

Los niños que sufren TDAH (El trastorno por déficit de atención e hiperactividad) se verán afectados por alimentos ricos en azúcar procesada (golosinas, bebidas azucaradas, postres, etc.) El trastorno de ansiedad se mantiene y aumenta con la ingesta de cafeína y bebidas energizantes.

Y no sólo se trata de lo que se consume, también es importante:

• Ordenar los horarios de las comidas.
• Hacer ejercicio.
• Descansar mínimo 8 horas al día.

Recuerda siempre esto:

• Disfruta comiendo sano.
• Come con conciencia, conecta con tu hambre.
• La restricción de alimentos te lleva a tener ansiedad.
• Una alimentación tiene que ser completa, variada y equilibrada.

Somos lo que pensamos, respiramos, comemos y sentimos.