¿Es posible la Integración Económica entre Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá?

(LeMexico) – En la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) llevada a cabo en México en el Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador puso sobre la mesa una propuesta un tanto controversial: la integración económica con Estados Unidos y Canadá bajo un marco de respeto a las soberanías.

El carácter de esta proposición se esperaba desde el inicio de su mandato, cuando se especulaba que un país líder regional, como lo es México, bajo un mandato de izquierda tomaría la batuta para unir a América Latina en solidaridad, cooperación y desarrollo. Incluso el presidente Alberto Fernández, en diferentes ocasiones, buscó el apoyo de México en cuanto este se perfilaba como candidato a líder regional.

A pesar de existir una afinidad ideológica, el gobierno mexicano sólo respondía ambiguamente y con poca firmeza a los llamados de unidad al preocuparse mayormente por asuntos internos. Sumado a esto, la difícil situación internacional que provocó la pandemia del COVID-19 suscitó diversas políticas proteccionistas y unilaterales que, si bien en América Latina no se abandonó la política exterior, sí fue puesta en segundo plano al priorizar la salud pública de los Estados y sólo abogar por la diplomacia de las vacunas. 

Ahora, el gobierno de México ha visto la oportunidad para recuperar su posición líder regional. A pesar de existir notables y expresas diferencias entre Estados, resaltando la participación de Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel, se logró reunir a Jefes y Representantes de Estado en un solo lugar para llegar a acuerdos de paz y cooperación para el desarrollo de América Latina y el Caribe. Aunque se reconoce la capacidad de cohesionar intereses regionales para gestionar acuerdos internacionales de alto potencial, la creación de un bloque comercial América Latina y el Caribe – América del Norte parece resultar un tanto improbable e irreal para la situación actual. 

López Obrador propuso esta integración bajo principios de autodeterminación de los pueblos, no intervención, cooperación para el desarrollo y asistencia mutua contra la desigualdad, esto bajo la noción de que el foro de la OEA se encuentra altamente influenciado por los intereses estadounidenses. Su reemplazo parece ser buena opción, sin embargo, experiencias pasadas de las relaciones entre América Latina y Estados Unidos parecen ser un obstáculo para que esta propuesta se lleve a cabo.

El ideal de integración entre los países del continente americano queda muy lejos en el tiempo. Aún existen fuertes choques ideológicos entre los Estados americanos para considerar unificar políticas económicas y consolidar un objetivo común como proyecto de Estado. Además, la política unilateral que Estados Unidos maneja desde hace algunos años pone en duda su disposición para cooperar económicamente en el desarrollo de la región.

Es verdad que América Latina requiere de la cooperación para desarrollar la región y lograr un bienestar común, sin embargo, la idea parece aún un poco pronta para considerar la integración económica del continente. Si bien, se puede considerar la creación de un bloque económico entre determinados Estados latinoamericanos con Estados Unidos y Canadá, pero no se puede esperar lo mismo de la totalidad de los miembros de la CELAC.

América Latina no se encuentra preparada. Mientras no se encuentre un consenso común para una coordinación económica horizontal a través de la cooperación Sur-Sur, la liberalización económica e integración de la región y el continente se mantendrá fragmentada. De igual modo, las tendencias políticas fluctuantes de los Estados latinoamericanos crean una nube de incertidumbre en los foros regionales de negociación que impiden la visión unificada y el establecimiento de acuerdos concretos y duraderos en los que se prevea una integración por concepto apegada al liberalismo.

América Latina aún es joven para superar los obstáculos que plantea su carga histórica y llegar a una integración con una visión política, social y económica común.

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