Femexfut buscaría que la Selección Mexicana de Futbol Femenil sea quien cumpla la sanción

(LeMexico) – La Federación Mexicana de Fútbol (Femexfut) debe acatar los dos vetos a puerta cerrada que impone la FIFA por homofobia y el equipo femenino mexicano puede verse afectado por esta decisión.

El 18 de junio, la principal agencia de gestión de fútbol internacional castigó a la Femexfut con el argumento de que los aficionados locales gritaban en los partidos de la liga local y la selección nacional el lamentable “ehhhhhh puto cuando los porteros de las selecciones despejaban el balón durante la contienda. Pese a las series de advertencias, tanto de la FIFA como de la Federación Mexicana de Futbol, los espectadores parecen no comprender que esta expresión sólo desprende su homofobia, discriminación y racismo.

La Femexfut está negociando con la FIFA para que la Selección Femenil sea la que cumpla el castigo de los encuentros sin público. Mientras que el conjunto masculino iniciaría el Mundial 2022 en Qatar con aficionados en las gradas.

Los deportes, al igual que otras actividades sociales, reflejan cuestiones que afectan a la sociedad en su conjunto. En México, la desigualdad de género se repite en la práctica deportiva.

Sin atender las necesidades, preferencias e intereses de hombres y mujeres por igual, el concepto está compuesto por múltiples factores, por lo que es posible utilizar el deporte como una herramienta para enfrentar el rezago y las dificultades que las atletas y deportistas mujeres, deben enfrentar o tolerar, solo por el hecho de ser féminas.

Es inaudito y deplorable que la práctica deportiva siga alimentando las necesidades de una sociedad patriarcal, gobernada por el odio y menosprecio de los varones hacia las mujeres.

En suma, la opción de que el “Tri” Femenil sea quien cumpla con el castigo es injusto. Un país donde los porcentajes de feminicidios no disminuye y los avances en incorporación al sexo femenino en cualquier ámbito social se vea frustrado y con trabas, no es coincidencia, pues una sociedad donde gobierna el machismo, estas prácticas no resultan sorprendentes.

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