El atlas de la carne, en busca de un cambio en nuestro consumo alimenticio

La industria de la carne no sólo afecta al medio ambiente en donde se desarrolle, también hace que habitantes locales sean despojados de sus tierras, produce deforestación y da condiciones laborales pésimas.

La Fundación Heinrich Böll, presentó en Berlín el Atlas Mundial de la Carne 2021, que consta de 50 páginas del análisis experto de esta industria que ha crecido desmedidamente sin considerar el impacto ambiental, social y en la salud humana negativo que deja a su paso.

El darle al ganado de manera constante antibióticos para evitar que se enfermen, se traduce a gérmenes más resistentes que son consumidos por los humanos, inclusive, sin que los veganos o vegetarianos los consuman, se ven afectados, pues es probable que cerca de las granjas haya cultivos. Las heces de los animales pueden filtrarse en el suelo, llegando a los mantos acuíferos o se desintegra y llega por medio del viento a plantas y vegetales de consumo humano.

Para poder tener una gran cantidad de animales, se han deforestado miles de hectáreas de bosque a lo largo y ancho del planeta tierra para el cultivo de pasto que será consumido por estos animales, quitándonos a unos de los principales recolectores de dióxido de carbono.

Es por ello que el atlas, de alguna forma, busca evidenciar a los países que más carne consumen para que los mismos puedan tomar las medidas regulatorias necesarias en reforma agraria y que la población mundial vea el problema que genera el consumo elevado de carne, esperando decidan hacer un cambio alimenticio.

En Europa, el principal productor de carne y leche es Alemania con un 20%; en Brasil, el 90% de sus campos de cultivo es para soja, alimento para ganado. En el 2018, con aproximadamente 7,600 millones de personas, el consumo de carne es de 350 millones de toneladas, 46 kilogramos anuales por persona. Para que este consumo se mantenga, los productores de carne han talado las principales selvas tropicales del mundo.

Del Instituto de Investigación sobre las Consecuencias Climáticas de Potsdam, su director, Johan Rockström, recomienda reducir el consumo de carne por persona a 17 kilos anuales, productos lácteos a 33 kilos al año, variar nuestros alimentos a semillas, vegetales que aportan más y mejores nutrientes, los vegetales requieren una superficie menor que los pastizales de alimento de ganado, para poder ser cultivados y cosechados.

El estudio también habla de cómo la carne porta sustancias tóxicas y dañinas para el cuerpo humano dentro de los pesticidas y la medicación que el ganado recibe. El acuerdo que los países del sur y norte de América con la Unión Europea pone en riesgo a todos los habitantes, pues se permite a Europa la exportación de estos pesticidas a Latinoamérica. El Amazonas sigue estando en riesgo pues la soja es producto altamente demandado por los europeos.

Sin duda pone al descubierto todas las desigualdades económicas, políticas y salubres a las que nos enfrentamos. Los gobiernos no pueden permitirse hacer caso omiso a este estudio.

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