Calentamiento global y su impacto en los hábitos de los animales migratorios

Más de 10 mil especies, de forma anual, realizan movimientos migratorios por aire, agua y tierra con la intención, en su mayoría, de aparearse o en busca de climas templados. Esto puede cambiar.

Mamíferos, aves, peces, anfibios, insectos y un sinfín de especies, realizan movimientos masivos a lo largo y ancho del planeta, siempre buscando condiciones mejores para su existencia y, a su vez, para cumplir una parte del eslabón que cumplen en los ecosistemas.

Como el caso del salmón, un animal que es emblema de algunos, pues su nado contra la corriente le ha dado un simbolismo aguerrido y de esfuerzo, pero no solo cumple una función totémica, pues gracias a ésta especie y sus desechos fecales, ricos en nitrógeno, los bellos bosques de Alaska conservan su verdor.

Las anguilas, al igual que el salmón, migran para aparearse, recorriendo miles de kilómetros. Como la águila europea que llega al este de Florida, atravesando el mar de los sargazos para desovar, llegan a tardar hasta 3 años.

También es el caso de nuestra emblemática y binacional mariposa monarca, cada año recorre más de 3,600 kilómetros desde Canadá a los bosques de Michoacán y el Estado de México en espera en la primavera para regresar nuevamente al norte. Los rayos del sol son su brújula y, junto con su sensibilidad a la temperatura, son quienes le indican cuándo deben partir y cuándo quedarse.

El animal que más kilómetros viaja en su proceso de migración es el gaviotín ártico, pues se desplaza 80 mil kilómetros anualmente. Sin embargo, este y otros animales, están cambiando sus costumbres migratorias, debido al calentamiento global, pues produce cambios en la temperatura del agua y del ambiente, que confunden a los animales. Se puede resumir que cada vez se alejan más de los trópicos y la franja entre estos y los polos se reduce cada vez más.

Por ejemplo, el bacalao se ha visto invadido por el verdel o la caballa que se han recorrido al territorio del bacalao por la temperatura que hay en él, pues ha incrementado, haciendo que la especie originaria de ahí se desplace por la invasión y el calor al que no están acostumbrados. Las cigüeñas solían pasar el invierno en tierras africanas, de unos años a la fecha, se les ve en España.

Esto por supuesto afecta a los humanos, pues hay ecosistemas que dependen de estas migraciones y, al no existir, los cultivos sufren los daños. En el mar, los pescadores se encuentran sin presas, como lo es el caso de Japón, quienes ya han anunciado escases de peces, parte importante de la cocina oriental. El dengue se esparce por Europa por obra del mosquito asiático, una plaga letal para el ser humano.

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