Pese a protestas por el daño ecológico, se abre mega granja porcícola de Tixpehual
(LeMexico) – Hay diversas denuncias ante la Profepa en contra del consorcio Kekén debido a los estragos ecológicos que sus plantas dejan en Yucatán, nuevamente pusieron en marcha una granja en Sahé.
En cualquier comunidad a la que lleguen los daños son atroces: contaminación de los mantos acuíferos subterráneos y cenotes; la descarga de las aguas residuales de las granjas; la deforestación del ecosistema sureño mexicano para poder introducir a su ganado; erosión y perdida de riqueza y minerales de los suelos; además, propician la desaparición de la apicultura que, por siglos, ha sido uno de los sustentos de las comunidades indígenas de estas zonas.
La Profepa nuevamente se cruza de brazos y ve pasar las protestas y la creación de nuevas granjas, con el argumento de que Kekén es una empresa “Socialmente responsable”. ¿Con quién? ¿Sus procesos estandarizados, la calidad de su carne? Probablemente en estos rubros lo sean, pero con las comunidades y los ecosistemas que sufren el impacto de la industria no lo son. Al igual que la Profepa, están quedándole a deber mucho a las comunidades mexicanas del sur del país.
El colmo de esta nueva planta, pareciera la burla, son los letreros que colocaron en la entrada en donde se puede ver la leyenda: queda prohibido todo tipo de actividad que implique desmonte, eliminación y/o remoción de vegetación. El incumplimiento de estas medidas será denunciado ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), para que se tomen acciones contra los responsables.
Esta planta, en la comunidad de Sahé, con acceso en la carretera Mérida – Valladolid, realizó ya todo el desmonte de selva para poder instalar esta planta con capacidad de procesar por semana 40 mil cerdos. Se invirtieron 2 mil millones de pesos. Algunos pobladores desconocen las actividades que allí se realizarán, pues nunca fueron considerados para la imposición de esta granja porcícola.
La planta en construcción sufrió un incendio en mayo del 2020. Siete meses después, el grupo porcícola anunció una inversión de 2 millones de pesos para su rehabilitación. El día de ayer se concluyó el proceso y se dio el inicio de operaciones, con una gran ceremonia donde los grandes ausentes fue la moral y el respeto por la vida de estos empresarios que sólo ven por el bien económico propio.