Biden, ¿el gobierno diferente?

(LeMexico) – A un mes de mandato, Biden ha tenido a bien el bombardeo de tres países, muy distante con su juego de campaña donde todo parecía que sería amor y paz.

Estos ataques, bajo una bandera “inclusiva y de perspectiva de género” es más hipócrita desde el hecho que sus ataques están matando mujeres, niños, ancianos y hombres que son hijos, hermanos, maridos y seres humanos.

Biden, siguiendo las políticas de Trump, bombardeó un país soberano a expensas del dictamen del Consejo de Seguridad de la ONU e ignorando la aprobación de su Congreso.

Las políticas extrañas de Biden permiten el apoyo total al lobby LGBTTTQI+ pero ignoran los procesos diplomáticos entre naciones:

“Quizá si Rahi Salam Zayed si dejera como mujer, de género fluído o cualquiera de las tonterías que promueve la agenda Biden, éste no habría muerto en un atentado más que se suma a la lista”.

Alberto Rodríguez García para Reuters.

Esto da a entender que la soberanía de Irak, Somalia y Siria no vale tanto para el presidente Biden como los caprichos de la agenda LGBTTTQI+ a la que respeta y escucha sin omisión.

Las quejas contra Trump hoy parecen nada ante las actuaciones ilegales del “gobierno más progresista del mundo” liderado por Kamala Harris y Joe Biden. En ese orden, puesto que los bombardeos, asesinatos de personas en nombre de la política y los complejos a intereses propios han dejado ver que su campaña fue hecha sobre mentiras.

Su gobierno, como el de los otros, ha sido característico por una cuantiosa inversión en asesinar gente a kilómetros de distancia pero no invertir en mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Eso sí, para políticas minoristas y benéficas “progres” el dinero está suelto.

De acuerdo o no con esto, deja mucho qué pensar la militarización de la capital norteamericana el día de toma de posesión de la presidencia, dejando en claro que ningún discurso y menos ningún acto volverá más amigable la percepción del país más agresivo hasta ahora.

La capitalización y monopolio funciona detrás de bambalinas, donde se aprueban enormes presupuestos para la guerra y minorías “progres” pero se niega rotundamente 15 dólares por hora de trabajo a los trabajadores teniendo un país “progresista pero pobre“.

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