Los antiguos mayas fumaban algo más que simple tabaco

Los mayas fueron quienes dieron origen a la palabra española cigarro y a las variantes europeas, pues proviene de la palabra maya sik’al: algo que se fuma.

En el 2012, un grupo de investigadores de la Universidad de Estatal de Washington y el Instituto Nacional de Antropología e Historia encontraron 14 vasijas de cerámica en la zona Maya de nuestro país. Estas han sido analizadas desde entonces y al día de hoy tenemos noticias importantes. El estudio completo se publicó en la revista Scientific Reports, señala que los expertos encontraron en ellas la presencia de una planta distinta al tabaco, al parecer se trata de una droga.

En las vasijas hallaron más de 9 mil rastros químicos que dejaron su respectivo residuo, los cuales fueron comparados con 8 plantas de la región y vinculadas a las prácticas de alteración de la mente, gracias a registros etnográficos y etnohistóricos de la antigua Mesoamérica. Encontraron dos restos de plantas para tabaco, la Nicotiana rustica y la Nicotiana tabacum, lo usual para fumar en esta época.

Además se encontraron con la Tagetes lucida, conocida como la caléndula mexicana o el pericón, bastante socorrido en las ceremonias de los muertos. Probablemente recurrían a esta planta para hacer más agradable el sabor en la calada o por sus propiedades alucinógenas, que es para lo que se usaba en las ceremonias.

Con esta información, se cambia un poco el esquema de los Mayas y las sociedades precolombinas: es sabido y está confirmado con la famosa estela del siglo X, donde se ve a sacerdote maya fumando un rollo de tabaco que, como tal fumaban el tabaco, pero también podían utilizarlo en polvos o masticado. Al igual que las plantas psicotrópicas con las que solían acompañar sus fumadas, no precisamente en ceremonia, aún analizan si el uso era más de la vida cotidiana.

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