El voto electrónico en México

En la elección local de Coahuila e Hidalgo realizadas el pasado 18 de octubre, se utilizaron parcialmente urnas electrónicas. Esto será un ejercicio que servirá de base para poder implementar el voto electrónico en México a nivel federal. 

En marzo y agosto de este año, el Instituto Nacional Electoral (INE) llevó a cabo el simulacro de voto electrónico conjuntamente con 11 Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE, de igual número de entidades federativas y cuya legislación contempla el voto desde el extranjero. El objetivo de dicho ejercicio fue el de familiarizarse con este proceso y realizar los ajustes y cambios necesarios para poder implementarlo en el proceso electoral de 2020-2021.

Es así que, en agosto pasado, el Consejo General del INE aprobó la modalidad de “voto postal” y “voto electrónico por internet” para los mexicanos que viven en el extranjero y puedan participar y ejercer su derecho al voto en la elección del próximo 06 de junio de 2021. 

Estudios realizados por la UNAM y la empresa Deloitte, al simulacro de votación electrónica, determinaron que la viabilidad y funcionamiento de esta modalidad, garantizará certeza, confiabilidad, transparencia y eficiencia en la emisión de los votos correspondientes. 

Sin duda, el avance de la tecnología y el desarrollo de las sociedades, permite innovar desde la propia gestión y administración pública, hasta los procesos electorales para hacerlos más ágiles, certeros y transparentes. De igual forma, la pandemia del SARS-CoV-2, ha acelerado estos procedimientos, incluyendo el home office, las clases en línea desde nivel básico y hasta la manera de interacción entre amigos y familias. 

La implementación del voto electrónico exige tres condiciones (Julio Téllez, p.7 2010)

  1. Un nivel adecuado de aceptación social frente a las nuevas tecnologías aplicadas en el ámbito electoral. 
  2. Una factibilidad técnica que colme los requisitos constitucionales y legales en el ejercicio del sufragio público.
  3. Un atractivo político para los diversos actores en un contexto democrático”.

Pero, ¿realmente la ciudadanía mexicana está preparada para el voto electrónico a nivel nacional? Desde mi punto de vista no. En primer lugar, en el aspecto normativo, habrá que realizar una reforma constitucional y a las leyes correspondientes para darle la legalidad requerida al proceso de voto electrónico. No podemos establecer criterios o adendas que complementen un artículo constitucional, como si fuera un suceso de coyuntura.

En segundo lugar, la confiabilidad que tiene la ciudadanía a las instituciones gubernamentales, electorales y partidos políticos, no está en los mejores niveles de acuerdo a diversos estudios de opinión y encuestas. La poca confianza en las instituciones en México ha provocado una tensión entre el gobierno y la ciudadanía, aunado a los delitos cibernéticos que se padecen como el pishing, malware y hacking1.

Las impresiones de la ciudadanía de Coahuila e Hidalgo sobre el voto electrónico de la elección pasada fueron de que era un avance tecnológico, se hacía la votación más ágil o era una forma más segura de emitir el sufragio; pero la confiabilidad de la ciudadanía en general, sobre el destino de su voto y secrecía, generaría la sensación de fraude electoral, con consecuencias graves para nuestro sistema electoral, debido a los delitos cibernéticos o caídas del sistema.   

En tercer lugar, para el caso del voto en el extranjero, el artículo 343 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales establece que el sistema de voto por medios electrónicos deberá, entre otros, evitar la coacción del voto. Pero, ¿cómo se evitará eso si no se podrá contar con controles de seguridad y presencia por parte de la autoridad electoral al momento que el sufragista esté emitiendo el voto en el sistema?

En cuarto lugar, habría que echar una mirada a experiencias internacionales, a países incluyendo a los Estados Unidos de América, para saber cómo han enfrentado la desconfianza que ha suscitado el uso de la votación electrónica y las fallas o riesgos que se han presentado: vulnerabilidad del sistema, irregularidades en la votación, falla en el sistema, entre otros; incluso a quienes determinaron cancelar el voto electrónico en su país. 

Finalmente, se debe ir preparando a la ciudadanía mexicana, con las ventajas de este sistema de votación. Hasta el momento, desde 2011 que se realizaron las primeras pruebas del voto electrónico para mexicanos residentes en el extranjero -caso Ciudad de México-, no ha habido difusión al respecto, que nos vaya introduciendo al uso de esta modalidad para ejercer nuestro derecho a votar. 

Son muchos los retos, la e-democracia en México está en sus principios. Habrá que robustecerla para generar seguridad, confianza y credibilidad. Es tarea de todos, pero sin duda la participación ciudadana es fundamental. Fomentémosla. 

*1El delito cibernético existe en muchas formas, siendo los más comunes los relacionados con la identidad. Esto ocurre por phishing (engañar a los usuarios de Internet para que den sus datos personales), el malware (software instalado involuntariamente que recoge información personal) y hacking (acceso ilegal a la computadora de alguien de forma remota).” Tomado del 13° Congreso sobre Prevención del Delito y Justicia Penal realizado en Doha en 2015, organizado por las Naciones Unidas

Referencias:

  1. Adolfo Arreola García. La Democracia Electoral en el Mundo Digital: el Voto Electrónico. Edit. Tirant lo Blanch. Ciudad de México, 2018.
  2. Julio Téllez Valdés. El voto electrónico. Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. México 2010 Págs. 60
  3. Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, 2020. Tomado de: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGIPE_130420.pdf

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