Louise Glück ha ganado el Premio Nobel de Literatura

En la madrugada del día de hoy se dio a conocer a la flamante ganadora del Premio Nobel, Louise Glück de 77 años.

Glück es una poeta estadounidense que comenzó su trayectoria literaria en el año de 1968. Entre sus premios destacados se encuentra el Pulitzer en 1993 y el Nacional del Libro de 2014.

La poeta nació en Nueva York en 1943 y ahora es profesora de inglés en la Universidad de Yale (Connecticut). Sus obras se han publicado en doce colecciones de poesía y ensayo.

Sus temas son la infancia y la vida familiar, la estrecha relación con padres y hermanos a través de los cuales busca lo universal, para lo que se inspira en los mitos y motivos clásicos, presentes en la mayoría de sus obras. Su primera obre fue “Firstborn” (1968) y pronto fue aclamada como una de las poetas más destacadas de la literatura contemporánea estadounidense. Ha recibido varios premios de prestigio, entre ellos el Pulitzer (1993) y el Nacional del Libro (2014).

Según el secretario permanente de la academia, Ander Olson, en sus ensayos, Glück ha dialogado con otros poetas claves de la lengua inglesa como T.S. Eliot o John Keats. En los 120 años de historia del premio, la Academia Sueca –que lo ha dejado exento en varias ocasiones y en otras ha premiado a más de un autor- ha distinguido a 116 escritores, de los que sólo 16 son mujeres y el 80 por ciento originario de Europa o América del Norte, con un claro dominio de la lengua inglesa (30 galardonados, con Glück), por delante de la francesa y alemana (14) y española (11).

El premio de Literatura, como el resto de los galardones Nobel, se entrega el 10 de diciembre, aniversario de la muerte del fundador de estas distinciones, Alfred Nobel.

Ésta es una muestra de su obra:

Amante de las flores

En nuestra familia, todos aman las flores.
Por eso las tumbas nos parecen tan extrañas:
sin flores, sólo herméticas fincas de hierba
con placas de granito en el centro:
las inscripciones suaves, la leve hondura de las letras
llena de mugre algunas veces…
Para limpiarlas, hay que usar el pañuelo.

*
Pero en mi hermana, la cosa es distinta:
una obsesión. Los domingos se sienta en el porche de mi madre
a leer catálogos. Cada otoño, siembra bulbos junto a los escalones de ladrillo.
Cada primavera, espera las flores.
Nadie discute por los gastos. Se sobreentiende
que es mi madre quien paga; después de todo,
es su jardín y cada flor
es para mi padre. Ambas ven
la casa como su auténtica tumba.

De El Iris salvaje de 1993

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