Hasbro: mercadeo errado o sexualización infantil

Algunas personas acusaron a la marca por el diseño de la muñeca Poppy, de la película Trolls, y advierten que este “juguete” condiciona y normaliza la pedofilia y el tacto sexual.

Este juguete tiene como atractivo el excelente emulador de voz que al apretar la pancita de la muñeca suena con algunas frases y partes de la canción «Girls Just Want to Have Fun» sustituyendo el girls por la palabra “Trolls”. Cabe aclarar y recalcar que esta información y funcionamiento del juguete sí lo menciona la caja e instructivos.

Lo que no incluyen ni la caja ni los instructivos y tiene horrorizados a muchos es el botón escondido entre las piernas -justo a la altura del área genital- de la muñequita y al apretarlo los sonidos inquietan por lo alusivos que son.

El primer sonido es un “¡ooh!” (sic), “como que se da cuenta que algo pasa”, indican los usuarios. Al continuar apretando, los sonidos de sorpresa siguen pero con un tono de gusto y lo último que remata el sobresalto es “¡uh uh, wii jejeje!” (sic) al tono de una sonrisita nerviosa y aparente jadeo, como si lo disfrutara. Aclaro, este botón está escondido en su entrepierna y ni en la caja ni en el instructivo, así como en las indicaciones que hay del producto en internet no lo mencionan.

El sentir de muchos padres y personas es común: “Ustedes pueden pensar que no pasa nada, que no es gran problema, pero especialmente desde que tengo hijos, esto es malo”. La tranquilidad con la que la sociedad hipersexualiza a los niños y las niñas enseñándoles a pensar en cosas no acordes a su edad deja muy alarmados a los padres.

“Con este juguete están normalizando la sexualidad impulsiva en nuestros niños” dice  Jessica McManis, quien tiene una petición que lleva más de 300 mil firmas para que Target, Walmart, Amazon entre otras tiendas retiren este producto.

Muchos comentarios atacan este hecho y lo asocian con la campaña LGBTQI+ de incluir a los niños en la creciente apertura sexual al dejar autoexplorarse, decidir su sexo y añadir la pedofilia a su catálogo de “orientaciones sexuales”: «¿Qué hará pensar este juguete a nuestros niños inocentes e impresionables? ¿Que es divertido cuando alguien toca tu área privada? ¿Que la pedofilia y el abuso de menores están bien? ¡No está bien! ¡No es divertido! ¡Es dañino y tiene efectos a largo plazo en la salud mental / física de un niño!».

Al llegar las quejas a oídos de Hasbro, su vocera, Julie Duffy, dijo que «la ubicación del botón pretendía que el juguete emitiera sonidos al sentarse. Esta característica fue diseñada para reaccionar cuando la muñeca estaba sentada, pero reconocemos que la ubicación del sensor puede ser percibida como inapropiada».

La vocera se disculpó por las personas que malentendieron y malversaron el diseño. También anunció que Hasbro retirará el producto del mercado y reemplazará el artículo de la muñeca Poppy a quien lo desee por uno de igual valor.

La pregunta que Duffy no contestó es ¿Por qué esta propiedad de “sentarse y emitir sonidos” de la muñeca no estaba incluída en la caja, ni en el instructivo, ni en los comerciales de promoción del “juguete”? Aunque si bien la idea puede estar sobreexagerada, a las personas les molesta que una marca pueda inculcar “educación sexual” en los niños.

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