El mundo está al límite de una pandemia alimentaria, apuntó la ONU

El director del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas advirtió ayer, 21 de abril, que durante la lucha mundial ante la pandemia del coronavirus, también se está “al borde de una pandemia alimentaria” que podría ocasionar “múltiples hambrunas de proporciones bíblicas” en unos cuantos meses en caso de que no se implementen medidas de inmediato.

David Beasley, director general del Programa Mundial de Alimentos, dijo al Consejo de Seguridad de la ONU que inclusive anterior a que el COVID-19 se fuera un problema, ya había notificado a los líderes mundiales que “2020 enfrentaría la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial”.

La Organización Panamericana de la Salud (PAHO) define como pandemia alimentaria la falta de disponibilidad, acceso y utilización de alimentos. El impacto global de una influenza pandémica sobre la salud puede afectar la fuerza laboral, los sistemas de trasporte y las cadenas de provisiones, por lo que, es difícil obtener suministros locales de alimentos.

Los expertos recuerdan que, tras la crisis financiera de 2008, grandes productores de arroz, como Vietnam, redujeron sensiblemente sus exportaciones. Una situación que desencadenó revueltas del hambre en algunos países en desarrollo.

Otro ejemplo citado por los expertos es lo ocurrido en China durante el pico de la epidemia. Barcos cargados de leche en polvo, provenientes de Europa no pudieron ser desembarcados. En muchas ciudades del mundo los distribuidores de comidas a domicilio se inquietan por su salud, dadas las situaciones en que se ven obligados a ejercer su actividad.

Todos estos factores reunidos, a los que se suman las dificultades logísticas de este período, tensionan todos los eslabones de la cadena. Para muchos países pobres, las consecuencias económicas serán más devastadoras que la propia enfermedad del COVID-19, manifestaron los representantes de la ONU.

“Esto suena realmente impactante, pero déjenme darles las cifras: 821 millones de personas se acuestan con hambre todas las noches en todo el mundo, con hambre crónica y, como lo muestra el nuevo Informe global sobre crisis alimentarias 2020 publicado hoy, hay otros 135 millones de personas enfrentando niveles de inseguridad alimentaria altos. Eso significa que 135 millones de personas en la tierra se acercan al borde de la inanición. Pero un análisis del Programa Mundial de Alimentos, a raíz del coronavirus, muestra ahora que otros 130 millones de personas podrían ser empujadas al borde de la inanición para fines de 2020. Eso suma en total 265 millones de personas”, indicó Beasley.

Según el Programa Mundial de Alimentos, los 10 países con las peores crisis alimentarias en 2019 fueron: Yemen, Congo, Afganistán, Venezuela, Etiopía, Sudán del Sur, Siria, Sudán, Nigeria y Haití.

Más allá de la respuesta médica, una epidemia requiere una dimensión social. Esas epidemias no sólo amenazan vidas, abarcan desde el comercio al transporte, la educación, los servicios, el empleo, etcétera. Ya que, con los sistemas de salud en los países más ricos al borde del colapso, el impacto podría ser catastrófico en los países pobres donde la sanidad pública es débil y los recursos y el personal mucho más limitado.

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