La caja idiota continuará educándonos ¿Cuál es la diferencia? Esta vez, de forma autorizada

Desde el inicio de la pandemia comenzaron a transmitir programas “educativos” en la televisión. Estos formaron parte de la estrategia “aprende en casa”.

Hace un par de semanas, el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, casi a manera de justificación, expresó que “la pandemia no permite muchas opciones” al anunciar que los canales que transmitirían la estrategia se ampliaban.

Este anuncio causa impotencia en los padres de familia que no tienen los recursos necesarios para comprar un equipo para que sus hijos puedan “aprender” viendo la televisión o para aquellos que tenían un dispositivo pero, gracias a la pandemia, lo empeñaron para “salir de las deudas”.

Representa estrés para los estudiantes que opinan que los programas avanzan muy rápido y en el afán de seguir el ritmo se pierden. Además de que carecen de una sección para resolver dudas y no hay repaso. Al mismo tiempo, a muchos docentes nos conflictúa el hecho de saber que dejamos que sea la televisión quien se encargue del proceso enseñanza-aprendizaje de los alumnos.

Después de años de lucha contra el sistema televisivo y, en especial de ciertas cadenas que fueron las encargadas de influir en la forma de pensar de los mexicanos, resulta extraño que a partir de la siguiente semana los niños y adolescentes pasarán horas frente al televisor “aprendiendo”. Esta no es una novedad, pues la televisión fue la encargada de formar a una sociedad desinteresada e indiferente a los problemas sociales que el país ha enfrentado. La televisión en México ha sido quien se ha encargado de convertir catástrofes en melodramas.

Parece que nos hemos olvidado que el caso Paulette tuvo un alcance gracias a las televisoras que seguían de cerca la “investigación” que arrojó finalmente que la niña desaparecida siempre estuvo en su casa. Otro ejemplo de cómo las televisoras tienen el increíble poder de captar la atención de los mexicanos es el caso de “Frida”. En medio del dolor que causó el temblor del año 2017 familias enteras estaban a la expectativa del rescate de una niña llamada Frida, quien jamás existió.

¿Necesitamos más ejemplos de cómo la televisión nos ha desinformado, manipulado y educado por años?

Estas son apenas pequeñas muestras de todo lo que la televisión nos ha enseñado en estos años. A esta televisión ahora estamos dejando la educación de nuestros niños, estas televisoras serán las responsables de colaborar con “Aprende en casa”.

¿Y nos preguntan a los docentes qué opinamos del aprendizaje a través de la televisión?