La macabra historia detrás del pozole

(LeMexico) – ¿A quien no se la antoja una ensalada de esas con su limón, lechuga, rábano y mucho pozole abajo? ¿Conoces la historia qué existe detrás de este suculento manjar, el pozole?

El pozole, un caldo preparado con maíz, carne, chile y verduras, ha sido un platillo muy popular en México desde la época prehispánica, pero no siempre ha sido como lo comemos ahora. Su nombre, de origen náhuatl, significa “espuma”, porque se prepara con granos de un maíz especial que producen espuma cuando se hierven. En un inicio la carne que se agregaba era humana.

Al emperador Moctezuma se le servía un enorme plato de pozole, coronado con el muslo de un prisionero sacrificado. La ofrenda gastronómica era otorgada al dios de la primavera en una plegaría por las buenas cosechas.

Con el tiempo, la historia de cómo comer pozole ha cambiado y ahora es uno de los platillos más gozados por los mexicanos y a nivel internacional. Disfrutando sus tres variedades blanco (sin chile), verde (salsa de tomate) y rojo (chile guajillo).

Pozole del buen comer

La noche del 15 de septiembre no tiene por qué ser un martirio para la dieta. Un pozole bien equilibrado cumple con las características del plato del buen comer que la Secretaria de Salud recomienda para tener una dieta balanceada.

El equipo de LeMexico se ha dado a la tarea de investigar y aquí te compartimos algunos tips para que un pozole del buen comer.

  1. Puedes agregar la cantidad que quieras de lechuga, rábano y cebolla.
  2. ½ taza de maíz cocido con la cantidad de caldo que desees.
  3. El equivalente a la palma de la mano de carne de puerco maciza o pollo.
  4. Beber agua de Jamaica o tamarindo sin azúcar o endulzante.
  5. Sustituir la crema por aguacate o queso cottage batido.

¡El pozole no puede faltar en tu mesa!

Recuerda que tú eres pozole, nadie debe tratarte como maruchan.