Whitexicans: Símbolo de desigualdad social

Así es. Se trata de un concepto útil. Es el equivalente a lo que en otros países se refiere a las ventajas que tienen las personas de origen étnico europeo, generalmente de color blanco, frente a las minorías étnicas. En México, un país post colonial, funciona a la inversa, una minoría de origen predominantemente europeo mantiene ventajas frente al resto de la población. El color de la piel, la apariencia física, el acceso a servicios educativos de alto nivel y las redes familiares otorgan una ventaja muy amplia que dificultan la movilidad social y perpetúan la desigualdad.

La desigualdad en términos de ingresos del país es descomunal. El 10% más rico de la población tiene el 60% de la riqueza y el 1% más rico concentra el 30%. Esos niveles de desigualdad tienen muchas explicaciones y definitivamente las desventajas que genera el origen étnico y las relaciones familiares es una de ellas. Eso se puede reducir con políticas educativas, transferencias monetarias, impuestos, inversión pública, etc., pero, definitivamente, combatir sus causas estructurales y reconocer la discriminación racial es indispensable para construir un país menos desigual.

De hecho, de eso versa Capital e Ideología, el reciente libro de Piketty. La desigualdad es en realidad un conjunto de discursos y arreglos institucionales que tienen la finalidad de justificar y dar estructura a las desigualdades económicas, sociales y políticas de una sociedad. Para avanzar hacia una sociedad más justa tenemos que desmantelar discursos e instituciones que perpetúan la desigualdad.

La justificación de la concentración de la riqueza en un grupo, los whitexican, es la meritocracia y la fortuna de sus familias. Sin embargo, lo que debe de reconocerse es que existe un grupo de mexicanos que, por su etnicidad, lazos familiares, herencias, idiomas, acceso a servicios educativos, etc., tienen una enorme ventaja frente al resto. El resto tiene enormes dificultades para cambiar de estrato social o incluso de mantenerlo.

En esto existen patrones de dependencia, es decir se explican por prácticas del pasado, que de alguna forma prevalecen, de servidumbre, explotación laboral, monopolios de tierras, captura de bienes y servicios públicos por parte de un sector de la sociedad. Eso no significa que todos los que son blancos reciban estos beneficios, ni que no existan personas de piel morena en las élites, pero, en general, es muy raro y las oportunidades que tienen de acceder a estos espacios son mínimas. Pareciera que son una excepción a la regla.

El color de piel es parte del régimen que justifica y sostiene la enorme desigualdad del país. En México es normal que una persona de origen indígena obtenga muy bajos ingresos a lo largo de su vida, que difícilmente tenga acceso a educación universitaria y que, en caso de conseguirla, obtenga menores ingresos que los mestizos o los blancos. Por eso es importante tener presente que existen los whitexicans, un grupo sistemáticamente privilegiado por razones estructurales, que incluso su posición ha sido normalizada y aceptada y que más nos vale desmantelar para vivir en una sociedad más justa y con acceso universal a los derechos fundamentales.