La acusación de espionaje a la Embajada de China

Un hombre sospechoso de origen asiático había sido entrevistado por el FBI en relación a un presunto fraude con visas del cual se le hacía responsable.

Todo sucedió cuando la fiscalía reportó el miércoles que un académico chino mintió al FBI sobre su institución de estudios de origen: una universidad militar de su país. Fue así como comenzó la sospecha de que algo andaba mal. Luego de ello, ingresó al consulado de China en California, el 20 de junio pasado, y desde entonces ha permanecido allí sin poder abandonar el país.

Ese fue uno de los motivos por los que los Estados Unidos le ordenaron a China, este martes 21 de julio, cerrara las operaciones de su consulado en Houston, Texas. Sí, fue un movimiento diplomático que sorprendió al mundo y cercó la disputa entre ambos países presentando una nueva fase.

De confirmarse la información, China estaría utilizando una de sus instalaciones diplomáticas en Estados Unidos para otorgar asilo a alguien acusado de un delito federal. Eso causará serias tensiones entre los dos países, en momentos en los que la relación diplomática atraviesa una crisis.

Al conocerse la noticia del cierre de la Embajada, un llamado al teléfono rojo del consulado en Houston dio una orden directa: quemar todos los documentos confidenciales que estuvieron archivando durante años. Los 60 empleados que allí trabajan a diario comenzaron a moverse. La orden fue ejecutada a tal punto que el humo comenzó a salir del edificio del 3417, Montrose Blvd de aquella ciudad texana. Fue así que los bomberos tomaron un papel en la trama.

¿Qué información querían desaparecer los diplomáticos chinos? Para las autoridades norteamericanas, el consulado era un sitio de espionaje del gobierno chino en los Estados Unidos. Fueron claras las acusaciones de “operaciones ilegales de influencia y espionaje masivos”.

La versión de Estados Unidos la dio David Stilwell a cargo de la política para el Este de Asia y el Pacífico del Departamento de Estado. Su declaración fue directa en una entrevista con The New York Times: “Ellos tuvieron un comportamiento subversivo”, declaró.

El evento concitado ocurrió el 31 de marzo pasado. Los funcionarios llevaron a ciudadanos chinos a una de las puertas principales del Aeropuerto Internacional George Bush y así abordar un vuelo charter que los retornaría a China en mitad de la crisis por coronavirus. El funcionario aseveró que, en ese episodio, el cónsul general, Cai Wei, junto a otros dos diplomáticos de su país, fueron sorprendidos utilizando tarjetas de identificación falsas. Lo grave fue que los funcionarios utilizaron identidades falsas a pesar de que pueden transitar tranquilamente con sus credenciales internacionales.

El consulado chino podría estar vinculado a los intentos recurrentes de China de robar información de empresas, laboratorios e instituciones de los Estados Unidos para detectar los avances en la vacuna contra el coronavirus Sars-CoV-2.

El gobierno chino ya estaba bajo la lupa del Buró de Inteligencia de Estados Unidos desde junio. La orden de la quema de documentos sólo fue un acto consecuente a las acciones de espionaje en territorio norteamericano.