El lamentable caso de Giovanni no es el único ejemplo de la brutalidad policíaca, el uso excesivo de la fuerza y la impunidad durante esta pandemia. En México la preocupación general por prácticas policiales violatorias de los derechos humanos se fue desarrollando en paralelo con los procesos de transición y consolidación democráticas. Sin embargo, el problema no ha ocupado un lugar prioritario.
El pasado 4 de junio Alejandro Giovanni López Ramírez, un albañil de 30 años, fue detenido en la calle por policías de Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, presuntamente debido a la falta del uso de cubrebocas en la vía pública, un día después se le regresó a sus familiares, pero sin vida.
Sin importar la pandemia, cientos de personas salieron a las calles en busca de alzar la voz y exigir justicia para Giovanni. Asimismo, un listado de famosos como Guillermo del Toro, Gael García Bernal, Salma Hayek, Paty Cantú, Irene Azuela y otros famosos se sumaron a la exigencia de justicia y al esclarecimiento del caso con el hashtag #JusticiaParaGiovanni.
Salma Hayek, vía Instagram, expresó: “Pedimos al gobierno de México JUSTICIA para Giovanni y para todas las personas afectadas por la brutalidad y la corrupción de algunos miembros de la policía Mexicana. Y ruego a los responsables de la seguridad pública que encuentren en sus corazones la fortaleza, humanidad y honorabilidad para proteger a nuestra gente que está tan necesitada de héroes y de esperanza. Cambiemos. #MeduelesMexico #justiciaparagiovanni”.
Los abusos de las policías en México suceden en una diversidad de espacios. Si el uso excesivo de la fuerza ocurriera más al detener a un sospechoso y no en espacios institucionales, será una tendencia positiva. Sin embargo, también hay condicionantes en la detención que ambientan casos graves de uso ilegítimo de la fuerza policial.