Sólo 3 tramos del tren Maya tienen MIAs, la del tramo 5 apenas la están haciendo: ¿Cómo han estado haciendo los trabajos sin los requisitos de ley?

(LeMexico) – Ambientalistas, activistas, científicos, expertos del medio ambiente, Auditoria Superior y sociedad civil, de la cual ha sido su principal argumento contra de la obra, lo han dicho hasta el cansancio: no se ha estimado el daño ambiental que el tren Maya va a causar.

¿Se los hemos dicho o no se los hemos dicho? Mexicanos, hemos dejado que Andrés Manuel López Obrador realice su maga proyecto, el tren Maya, sin que sepan qué afectaciones ambientales causarán en Quintana Roo, Yucatán y Campeche. El presidente ha estado por encima de la ley desde que… ya no sabemos desde cuándo realmente, podría decirse que desde todos estos años en los que, como candidato presidencial, asegura que se ha mantenido de “donaciones a la causa.”

Se ha hecho costumbre para el representante del poder ejecutivo de nuestra nación actuar con omisiones, falta de claridad y sin requisitos que por ley se piden. La prueba más grande, a la vista de todos los mexicanos, es que algunos cegados por el discurso prometedor de un cambio en el país, defienden a capa y espada, replicándolo sin cesar y sin cuestionarse o conocer de las leyes mexicanas respecto a la ingeniería civil y medio ambiente.

En la página de la Profepa se lee, ¿qué es el Manifiesto de Impacto Ambiental?

“Es un instrumento de la política ambiental que tiene el objetivo de prevenir, mitigar y restaurar los daños al ambiente, así como la regulación de obras o actividades para evitar o reducir sus efectos negativos en el ambiente y en la salud humana.”

Al no contar con ellas para los tramos 1, 2 y 3, iniciados desde 2018, los cuales fueron entregados posterior al inicio de obras en 2018, así como de los tramos 4,5, 6 y 7, que tienen permisos provisionales, el gobierno de López Obrador no sabe de qué forma va a afectar a la salud humana y al ambiente.

María Luisa Albores, secretaria del Medio Ambiente, dio finalmente la cara respecto a este tema. Solamente, recordemos que en LeMexico les hemos informado de diversas negligencias que en su administración ha habido. Reconoció el día de ayer la omisión de los MIA para los últimos cuatro tramos del tren, incluido el recién frenado tramo 5, el cual cambió en el mes de marzo su trazo posterior al “dialogo” con empresarios hoteleros que se oponían a vender o ceder parte de sus terrenos para este fin.

“En el caso de la fase 1, que se ve en rojo, el tramo 2, que se ve en naranja, y el tramo 3, que se ve en morado, se tienen ya manifiestos de impacto ambiental de forma definitiva y los estudios técnicos justificativos. Son dos cosas que pedimos como Semarnat: manifiestos de impacto ambiental y estudios técnicos justificativos para cambio de uso de suelo y estos tres tramos lo tienen.”

Albores

Gracias al decretazo presidencial para favorecer a esta obra, emitido el 22 de noviembre del 2022, en el cual las obras consideradas como prioritarias para el desarrollo nacional, se ha permitido que los tramos 4, 5, 6 y 7 puedan comenzar a trabajar con un permiso temporal. Le pregunto a usted estimado lector: ¿Cuál será el “beneficio” real de esta obra a larga, si el medio ambiente, lo que nos sustenta, nos provee de recursos, no está considerado para que se mantenga en esta y futuras generaciones? ¿Es real este progreso?

La concesión del tramo 5 al 7, con un total de 558 kilómetros, se le otorgó al Ejercito Nacional. El general Gustavo Ricardo Vallejo, comandante del agrupamiento de ingenieros Felipe Ángeles, declaró que están trabajando con expertos de Fonatur, Semarnat y ambientales para apegarse a las normas de materia ambiental para la conservación de la riqueza en biodiversidad del sur de México, ¿será? En todo caso, ¿por qué es necesario enviar a los militares de esta nación para que se encarguen de construir estas secciones, las que tienen más retraso en obras?

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