¿Alguien cercano a ti dio positivo por COVID y tú no te enfermaste? Agradece a las células T

(LeMexico) – El fin de semana se experimentó un alza de casos por COVID y una masiva cantidad de personas que contrajo gripe e infecciones en vías respiratorias. Un estudio señala que es una respuesta del organismo contra el COVID.

Las células inmunitarias protectoras son las que combaten los resfriados comunes en nuestros organismos y, de acuerdo con el estudio publicado el día de ayer en Nature Communications, también hicieron posible que algunas personas tuvieran menos probabilidades de contraer SARS-CoV-2. Esto es gracias a altos niveles de células T, que se hacen presente en la defensa del cuerpo contra ciertos resfriados, los investigadores del Imperial College London constataron estos niveles en personas que viven con alguien que tienen COVID.

Los efectos protectores de las células T son un apoyo del sistema inmunológico en el tercer año de la pandemia y con la llegada de nuevas variantes que debilitan la vacuna. Rhia Kundu, investigadora del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Imperial y principal autora del estudio, explica que hicieron el estudio buscando entender por qué el estar expuesto al COVID-19 no siempre implica una infección de todos los miembros de la familia. Encontrando que los altos niveles de células T ya existentes en el cuerpo, creadas con otros coronavirus como el resfriado, son las causas de esta aparente inmunidad.

Analizaron a 52 personas que vivían con alguien que había dado positivo en su prueba COVID y no resultaron infectadas, por medio de muestras de sangre. Esta no es la primera ocasión en que se comprueba que las células T son las mejores aliadas para el combate contra el coronavirus y que en este caso pudieron, a lo menos, derivar en un resfriado común ante la exposición con el virus. Es por ello que son necesarias más pruebas con células T para poder realizar mejores vacunas.

Las células T sobreviven por más tiempo en comparación con los anticuerpos y, además, pueden eliminar a las células infectadas evitando llevar al organismo a un estado de gravedad. Dentro de sus funciones también está el atacar una gama más amplia de patógenos que los anticuerpos, permitiendo un mayor grado de protección cruzada entre cepas o virus. Los anticuerpos que se producen con las vacunas contra COVID bloquean la proteína de la espiga que usa el virus para entrar a las células, si la proteína espiga o conector sufre mutaciones importantes, las vacunas pierden efectividad.

Por su parte, las células T producidas por otros coronavirus atacan las proteínas internas del SARS-CoV-2, que son las que menos mutaciones tienen. Con esto podríamos tener la vacuna más efectiva de todas contra el COVID. Las nuevas vacunas incluirán las proteínas internas conservadas que inducirán la respuesta necesaria en las células T contra la cepa actual y sus variantes futuras, revela el estudio. Las nuevas vacunas incluyen las proteínas internas conservadas que inducirán la respuesta necesaria en las células T.

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