Mexicanos admitimos que no se han tomado medidas contra el calentamiento global
(LeMexico) – Al parecer, los mexicanos estamos muy preocupados por el futuro inmediato de nuestro planeta, de acuerdo con esta encuesta, la cual muestra nuestra incongruencia al no actuar al respecto.
Consulta Mitofsky realizó un estudio que reveló el alto nivel de consciencia y preocupación que tenemos sobre el cambio climático. Sin embargo, la idea planteada de que sólo los poderosos pueden cambiar el rumbo de las cosas nos deja estáticos ante la problemática mundial. O simplemente es la apatía por hacer un cambio, mejores hábitos individuales y familiares, pues implica el cambiar la tradición y creencias que nos fueron instaladas desde antaño. El exigir a nuestros gobernantes, como en otras partes del mundo lo han hecho, no es una opción para nosotros, al parecer.
En este mes, la empresa reveló por medio de su encuesta que 7 de cada 10 personas considera que México no ha tomado las medidas necesarias para prevenir y frenar las consecuencias del cambio climático. El 83,6% de los encuestados considera que este fenómeno afecta mucho a nuestro país, el 66,5% de esta misma muestra considera que afecta directamente a su familia.
Las inundaciones, la falta de agua y la calidad de la misma, más olas de calor, los temporales de frío o calor a destiempo, la pésima calidad del aire que contribuye al aumento de enfermedades respiratorias y padecimientos gastrointestinales, y el aún presente COVID son muestras de las consecuencias del calentamiento global que nos afecta también en México.
La encuestadora detalló que el 98,1% de la muestra considera que el cambio climático es algo real, algo que ha sido debatido por expertos, políticos, científicos y hasta negacionistas del fenómeno. El 89,1% de esta misma población afirma que los cambios de clima y sus efectos extremos se deben a la actividad humana, sólo el 9,1% cree que es por causas naturales.
La casa de encuestas reitera que, pese a la preocupación de los mexicanos sobre la situación actual de crisis climática, no se refleja en la realidad que estemos dispuestos a enfrentarla, a prevenir desastres naturales y otro tipo de afectaciones de la misma índole. Evidenciando así la necesidad de acciones tanto de los gobiernos como de la sociedad.
El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático indica que el calentamiento que tenemos en el territorio mexicano está por encima de los estándares industriales permitidos. La media de la temperatura nacional en 1085 era de 20,4°, en el 2020 fue de 22,4°. En todo el mundo, el reto es no permitir que la temperatura incremente 1,5° por sobre los niveles preindustriales de cada nación. El reloj climático, que fue creado por científicos, técnicos, profesores, activistas y artistas, marca que nos quedan 7 años, 230 días y 22 minutos para lograr establecer el límite del incremento de la temperatura, conforme a los Acuerdos de París.
En la COP26, The Climate Action Network International, red de 1,500 organizaciones sociales de 130 países, se le dio a México el premio Fósil del Día en segundo lugar por ser la 13ava nación emisora de dióxido de carbono dentro de las naciones más contaminantes o que no han hecho nada para hacer una transición energética correspondiente. Este tipo de reconocimiento se entregan desde 2009 en la COP14.
Por lo menos en 2020, 101 mil mexicanos fueron desplazados de sus hogares por la fuerza de la naturaleza en los desastres climáticos, de acuerdo con el informe anual del Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos. En Glasgow, aparecieron esas cifras desactualizadas desde 2015, además de no presentar datos concretos sobre acciones de mitigación de perdidas, emisiones o daños por combustibles fósiles. Por supuesto, los pocos esfuerzos fueron calificados como insuficientes.
En diciembre de 2020, México dio a conocer sus compromisos para reducir los gases efecto invernadero en un 22%, las emisiones de carbono negro en un 51%, compromisos presentados desde 2015. Es por ello que nuestra postura ante las acciones anti crisis climáticas son cuestionadas por el mundo entero, somos una burla. Los retos a los que nos enfrentamos para tener un mundo habitable para nosotros y las futuras generaciones, requieren más que solo preocuparse por la temática.
