Antonio Mediavilla, experto ambiental, pide que no se desatiendan las muertes por contaminación en CDMX

(LeMexico) – El coordinador de Proyectos de Calidad del Aire del Centro reitera lo que varios científicos en el mundo han afirmado: las muertes por contaminación han sido mayores que por la pandemia de COVID-19.

En cifras, por COVID se han muerto 5,5 millones de personas, mientras, al año, por contaminación en el aire mueren 7 millones de personas, de acuerdo con la Organización Mundial de Salud. En la Ciudad de México, sin considerar la emergencia sanitaria, han muerto por contaminación 11 personas, en un año, por COVID en 2 años han muerto 52,398 personas.

Antonio Mediavilla, coordinador de Proyectos de Calidad del Aire del Centro Mario Molina, explicó que en la COP26 se estipuló que las emisiones causantes del calentamiento global y la calidad del aire son el mismo problema, ya que sus fuentes son las mismas: la explotación y quema de los combustibles fósiles. Esto durante un foro de la Iniciativa Climática de México, ICM.

Adrián Fernández, director de la ICM, planteó que las organizaciones civiles deben promover la contención de emisiones, además de exigir acciones de la misma naturaleza a gobiernos y empresas. Con ello, aseguró que se cerrará la brecha entre las buenas intenciones y los pronunciamientos nacionales e internacionales, en México tenemos mucho trabajo por hacer.

Se han planteado diversos escenarios por medio de modelos matemáticos y sólo en cinco logramos estabilizar y reducir un 45% las emisiones de gases efecto invernadero para el 2030, año en que se fijó los gobiernos dejarían de lado el uso de combustibles fósiles en su mayoría.

Otro de los puntos a los que se logró llegar en la Conferencia de las Partes en Glasgow en días pasados, es que haya trasparencia en las acciones y resultados de las mismas en los esfuerzos por reducir las emisiones contaminantes. Este es otro paso que se daría para que los bonitos discursos llenos de bla bla pasen de eso, palabras, y haya resultados verdaderos, los que, en 25 años, en las ediciones pasadas de la COP, no se alcanzaron.

Con este seguimiento también se puede dar una retroalimentación que nos permitirá saber si las estrategias están siendo efectivas, si deben tener algún ajuste, si están dejando de lado algún punto importante, ya sea en territorio, población o especie que deba ser reconsiderado, además del compartir tecnología y avances a nivel mundial para llevar a cabo eficientemente la descarbonización.

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