Hace 150 años, Charles Darwin dio una revolucionaria idea que se usa hoy contra el calentamiento global

(LeMexico) – De las muchas atribuciones que le debemos a Charles Darwin es la observación que hizo sobre la mezcla de especies que fueron plantadas juntas, son más fuertes unidas.

Desde que Charles Darwin realizó esta observación ha pasado siglo y medio, el tiempo que nos ha llevado tener una crisis climática, el mismo que tarda un roble para cosechar. Es hasta ahora que los propietarios de las tierras y los responsables de la creación de políticas se están tomando en serio esta idea y la ven factible para aplicar en los árboles.

Los bosques son una tecnología natural inigualable, no hay algún desarrollo humano que se les asemeje en cuanto a captación y almacenamiento de dióxido de carbono suspendido en la atmosfera. La innovación de Darwin consiste en que de ahora en adelante se planten diferentes especies juntas para así incrementar su rendimiento.

Los académicos e investigadores inmersos en la temática del cambio climático ya investigan los bosques para comprobar en definitiva la teoría y que no quede duda por parte de los gobiernos y sociedad al momento de replicarla. Los países que han puesto sobre la mesa esta teoría y recientemente se reunieron para discutir sus avances son Canadá, Alemania, Australia, Italia, Pakistán, Suecia, Nigeria, Estados Unidos, Reino Unido y Suiza.

Crearan una nueva manera de plantar bosques que incrementen su eficiencia en la captación y el ciclo del carbono. El plantar bosques es una de las herramientas más potentes contra el calentamiento global. El bosque representa por sí solo una intrincada maquinaria con pequeñas partes. Si se plantan de forma deficiente pueden causar daños ecológicos al no tener diversidad en la plantación.

De acuerdo con lo que Darwin observó, los mejores y más saludables bosques son aquellos que tienen mayor variedad de árboles y de diversas edades, desde pequeños retoños hasta arboles con troncos centenarios. Los bosques con estos elementos en su inventario arbóreo tienden a crecer de dos a 4 veces más sólidos, incrementando la captura de carbono, que a la larga es una maximización de resistencia a brotes de enfermedades, climas extremos y el acelerado cambio climático.

Estos bosques mixtos proveen a cada una de las especies fuentes de nutrientes de los otros, generando mayor rendimiento en general. De carbono es que se componen los tallos más gruesos. Su resistencia a enfermedades se refleja en la facilidad de diluir plagas y patógenos que enferman a los árboles.

En el capítulo cuarto del libro Sobre el Origen de las Especies, publicado en 1859, es donde se encuentra esta gran revelación. Derivado de esto, los estudiosos de Darwin han creado aún más literatura ecología, en conjunto con sus propias observaciones y prácticas. Esta técnica, muy reciente, está fuera de la principal corriente de pensamiento en la silvicultura, es por ello que ha obtenido pocos fondos importantes disponibles para impulsarla.

Si bien una de las teorías de Darwin es que las especies tienden a hacer mutaciones genéticas para adaptarse a su entorno, nuestra evolución esta aletargada y no ha podido alcanzar el acelerado ritmo del calentamiento global, causado por nosotros mismos. En este postulado la variable del tiempo se está quedando corta en la evolución humana. Lo mismo pasa en los organismos más grandes y de reproducción lenta, como es el caso de los árboles.

La cirugía directa de ADN podría ser una herramienta para ayudar con esta aceleración, editando los genes, por medio de un trabajo sumamente cuidadoso en los laboratorios, para identificar los genes clave que ayuden con la detonación de la aceleración. Sólo la evolución de la práctica humana o cambiar lo que hacemos sería lo suficientemente rápido y de potente alcance para lograr reequilibrar el ciclo del carbono y, a su vez, regresar los límites de temperatura planetaria a mediciones seguras.

En la finca del Parque Norbury, en el centro de Reino Unido, ya utiliza el Efecto Darwin, además de otras medidas climáticas y ha tenido resultados prometedores. Capturan más de 5 mil toneladas de dióxido de carbono anualmente. Es probablemente hasta ahora la tierra con más carbono en Inglaterra. Estos resultados no son accidente ni un hecho aleatorio al haber clavado en la tierra algunos troncos, la plantación de bosques conlleva cuidado y un desarrollado sentido común ecológico.

Los árboles de diversas edades, dependiendo la especie, proveen también de madera aprovechable, con ello la generación de trabajos estables, algo que dista completamente de otras profesiones que se derivan de la silvicultura, en donde lo usual, pero que no está bien, es talar grandes áreas boscosas que se despejan al mismo tiempo. Es por ello que el gobierno del Reino Unido ha comenzado a establecer requisitos para la plantación responsable de bosques.

Los requisitos, al igual que las técnicas, se están revisando y mejorando constantemente por parte de los ingleses y otros gobiernos en el mundo de los ya mencionados. Están siempre presentes las preguntas de vital importancia como qué árboles hay que plantar, dónde plantarlos, en qué temporada del año y qué hacer con ellos cuando ya han crecido.

Hemos creído que es imposible plantar un bosque, pero es cierto que se han dado casos aislados en Majuli, en India y Brasil de personas en solitario y en pareja que han plantado bosques. Sí, han tardado años, pero lo han podido hacer y así contribuir un poco a la salud de todos. Esta tecnología de diseño en la plantación podría permitir que haya bosques florecientes para las futuras generaciones gracias a que Darwin nos ha mostrado, una vez más, el origen de las especies y con ello, su futuro.

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