El Gigante de la CONCACAF

(LeMexico) – Diecisiete de junio del 2002, octavos de final del mundial de Corea-Japón 2002. Fue el primer partido entre México y Estados Unidos que me tocó ver. México era favorito, venía de ganar su grupo con victorias a Croacia, Ecuador y empatando contra Italia, sin mencionar que hasta ese momento México tenía un dominio histórico sobre los americanos. El resultado fue un lamentable y doloroso 2 – 0 en contra que nos eliminaba del mundial en octavos… otra vez, pero esta vez fue ante nuestro vecino rival.

Recuerdo algún empate y alguna derrota más en partidos amistosos. Seguida por una victoria en el Estadio Azteca en la eliminatorias a Alemania 2006, pero después vendría uno de los famosos “dos a cero” en Columbus. Se perdió un amistoso más. Parecía que el título de “Gigante de la CONCACAF” ya no era nuestro. Por primera vez en la historia teníamos un rival en la zona, un equipo al que ya no le podíamos ganar.

Se vino la Copa Oro del 2007 y ambos equipos llegaron a la final en lo que parecía una oportunidad inmejorable para retomar la jerarquía en la Confederación. México empezó ganando con gol de Guardado terminando el primer tiempo, pero en el segundo tiempo Estados Unidos reaccionó con goles del gran enemigo Landon Donovan y Benny Feilhaber. No había discusión. Estados Unidos era el nuevo gigante de la CONCACAF.

Lo más increíble es que nos seguíamos creyendo mejores. México se encontraba arriba en el ranking de FIFA, tuvo una excelente Copa Confederaciones en el 2005 y un mejor mundial que los americanos en el 2006. Nos seguíamos sintiendo superiores a ellos, sólo no les podíamos ganar.

Para colmo, vino otro enfrentamiento en la eliminatoria rumbo a Sudáfrica 2010 y fue otro “dos a cero” en Columbus. Sin embargo, a partir de ahí las cosas poco a poco se volverían a emparejar.

Primero vino la goleada en la final de la Copa Oro del 2009 en la que México ganó 5 – 0, aunque se trataba de una selección alternativa de Estados Unidos. En el mismo hexagonal rumbo a Sudáfrica, la selección le dio la vuelta al marcador en el Azteca ganando 2 – 1. Pero la que fue la máxima prueba de que México estaba de regreso en la cima de la CONCACAF fue la final de la Copa Oro del 2011, en donde empezaron perdiendo con dos goles de Michael Bradley y Landon Donovan, pero antes el medio tiempo lo empataron con goles de Pablo Barrera y Andrés Guardado. En el segundo tiempo se completó la voltereta con otro gol de Barrera y un golazo de Giovani dos Santos en el que barrió el piso con el arquero Tim Howard y un par de defensores americanos.

A partir de ahí ha sido difícil determinar quien es el “Gigante de la CONCACAF”, ya que ambos equipos han pasado por malos y buenos momentos. Estados Unidos ganó un amistoso en el Azteca y luego nos clasificaron al mundial de Brasil 2014. Pero después Estados Unidos no logró clasificarse a Rusia 2018, en una eliminatoria donde México rompió la maldición del “dos a cero” de Columbus, ganando 2 – 1, también venciéndolos en la Copa CONCACAF en el 2015 y la final de la Copa Oro del 2019.

En los últimos encuentros las cosas se han decantado a favor de Estados Unidos venciéndonos en dos finales en este mismo verano del 2021. La primera con todas sus figuras en la final de la Nations League y la segunda con una selección alternativa en la final de la Copa Oro 2021. Con una de las generaciones más temibles que han desarrollado en los últimos años, los americanos tienen todo para reclamar la cima. Este viernes en Cincinnati, la selección mexicana tendrá que salir con todo a sorprender a su rival y establecerse como líder no solo del octagonal sino como líder histórico en la zona.

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