Orgullo para la ciencia, una vergüenza para la ideología: la censura desde el privilegio

(LeMexico) – El pediatra y genetista francés Jérôme Jean Louis Marie Lejeune fue quizá uno de los más grandes e importantes científicos del siglo, pero fue censurado por causas más ideológicas que científicas.

Este notable científico y pediatra descubrió en 1958 la trisonomia 21, que es debido a la no disyusion de los gametos durante la meiosis y sumó relevancia a los trabajos del Dr. John Langdon Haydon Down. El Doctor Jérome Leujene es considerado el padre de la genética moderna por sus avances dentro de este campo dando paso a la citología y genética moderna, y, pese a la relevancia de sus investigaciones, su nominación al nobel fue desechada por su posición frente al aborto y su religión.

Leujene tiene una vida religiosa de muy alta profundidad: amigo cercano del papa Juan Pablo II y primer presidente de la Pontificia Academia para la Vida, hombre cercano a la organización conservadora Opus Dei. A tal grado que la iglesia católica prepara ya su beatificación desde 2007, esto según “dos comisiones en la Congregación para las Causas de los Santos: una compuesta por expertos médicos y la otra por teólogos“, aunque el proceso es más largo y complejo, se espera su resultado favorable en los próximos años.

Según sus partidarios -más que religiosos, notables científicos de diversas ramas-, la negativa de la Academia Sueca a reconocer su legado científico tuvo que ver con su religiosidad más que cualquier avance científico y esto debido a que sus investigaciones tenían que ver con pruebas para la detección precoz del Síndrome de Down, alertando de problemas genéticos y con ello derribando argumentos en contra de los justificantes que la agenda imponía para la práctica del aborto. Esto le llevo a inmiscuirse más en una lucha desde la medicina en un área tan especializada contra la legalización del aborto, por lo que sus trabajos fueron censurados y echados al piso, más que por sus aportaciones, por ideologías sin fundamentos.

Fue presidente honorario de la organización provida francesa Laissez-les Vivre: SOS Futures Mères y llamó a la píldora abortiva Mifepristone “el primer pesticida humano“. En 1962, fue designado como experto en genética humana en la Organización Mundial de la Salud (OMS) y dos años después fue nombrado director del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia y ocupó la primera cátedra de Genética Fundamental en la Facultad de Medicina de la Sorbona. Tenía, por tanto, todas las papeletas para ser galardonado con el Premio Nobel de la edición 1970.

La convicción y crítica de Lejeune no era religiosa, sino fundamentalmente moral y científica. Los puntos al respecto son notablemente opuestos, hasta enfermizos, como el de la socióloga María José Rosado, presidenta del grupo Católicos por el Derecho a Decidir, a BBC Brasil:

«Es bastante cuestionable que reconozcamos las virtudes heroicas de un hombre que aportó y sigue contribuyendo con la muerte, siendo mencionado reiteradamente por grupos que son contrarios a la vida de las mujeres. Me refiero a grupos que se niegan a reconocer que es un derecho de las mujeres decidir cuándo, con quién y si quieren continuar con el embarazo».

Este sin duda, ha sido “el ariete” del argumento destructivo hacia el trabajo y la reputación de Lejeune. Alegando que esta participación y revelación de las condiciones del nuevo bebé podrían alterar las decisiones y emociones de la madre. Con esto, cerrando toda oportunidad de decidir, se ha desprestigiado su descubrimiento y se le ha presentado como “una veta al derecho a la decisión de las mujeres” por un mero fin estético, cómodo o de estatus -tal cual se hacía a la hora de decidir el exterminio de miles de judíos en el nazismo-.

Roberto Zanin, director de la oficina de comunicación del Opus Dei en Brasil, comenta al respecto:

«La investigación científica debe estar siempre a favor de la vida, para todos, especialmente para los más indefensos, si no se llega a esto con los avances, simplemente no se está avanzando. Como consecuencia de esto, el Papa, con el reconocimiento de las virtudes heroicas de Lejeune, propone una reflexión a la sociedad. ¿Queremos crear un mundo donde solo lo ‘útil’, lo ‘productivo’, lo ‘deseado’ debe tener el derecho a vivir?, -eso ya se tuvo, se llamó nazismo-».

Birthe Lejeune, su esposa, narró en varias ocasiones para diferentes medios como ACI Prensa, la ardúa labor que llevó su marido y el odio que recibió en el mundo por su trabajo, ella comenta:

«Jerome solía decir que era una reacción humana y me animaba a hacer como que no sabíamos que habían sido algunos amigos quienes le habían vuelto la espalda. Él decía: ‘No creo que vayan contra mi, sino que no tienen el valor de defenderme, (…) no estoy en contra de nadie, de ninguna persona, pero sí en contra de algunas de las ideas de esas personas».

Para el caso, es extraordinaria la actuación del mundo contra Lejeune, pero no sorprendente, pues hasta este momento, es muy habitual que la comunidad atea, feminista y LGBTQI+ tachen de ignorantes e incultos a los religiosos, hoy día, no es así, a menos en el campo filosófico, la rama está liderada por importantes filósofos, todos cristianos y creyentes de la Biblia abiertamente, algunos son:

  1. Richard Swinburne, Oxford
  2. Robert Merrihew Adams, Oxford
  3. Brian Leiter, Oxford
  4. Alvin Plantinga, Notre Dame
  5. Peter Van Inwagen, Notre Dame
  6. Dallas Willard, Sur de California
  7. Eleonore Stump, San Luis

Pero, desde hace 200 años de ciencia, hay al menos 100 científicos abriertamente cristianos, católicos, protestantes, anglicanos, ortodoxos, etc., que han cambiado la vida de muchos con alguno de sus descubrimientos, huelga decir, que las personas más preparadas constituyen una orden católica: jesuitas. Para el caso, algunos, sólo algunos de los religiosos que dieron un nuevo curso a la ciencia fueron:

  1. Erwin Schrödinger (1887-1961). Físico austriaco. Católico. Premio Nobel de Física en 1933 por desarrollar su ecuación sobre mecánica cuántica.
  2. Louis Pasteur (1822 – 1895). Químico y bacteriólogo francés. Católico. Fue el pionero de la microbiología moderna y desarrolló la vacuna contra la rabia.
  3. Georges Lemaître (1894-1966). Físico y astrónomo belga. Sacerdote católico. Propuso la teoría de la expansión del universo y la teoría del Big Bang sobre el origen del universo.
  4. Jérôme Lejeune (1926-1994). Médico francés. Católico, está en proceso de beatificación. Es considerado el padre de la genética moderna.
  5. Gregor Mendel (1822-1844). Naturalista austriaco. Sacerdote católico. Es considerado el padre de la Genética. En 1865 formuló las Leyes de Mendel sobre la transmisión de la herencia genética.
  6. Nikola Tesla (1856-1943). Ingeniero y físico serbio nacionalizado estadounidense. Cristiano ortodoxo. Fue el inventor del uso actual de la energía eléctrica por corriente alterna.
  7. Giuseppe Moscati (1880-1927). Médico y científico italiano. Católico, fue canonizado por el Papa San Juan Pablo II. Se graduó con honores con su tesis sobre “Urogénesis de Hígado”.
  8. Werner Heisenberg (1901-1976). Físico alemán. Protestante. Premio Nobel de Física en 1932 por el descubrimiento de las formas alotrópicas del hidrógeno.
  9. Joseph John Thomson (1856-1940). Científico británico. Anglicano. Premio Nobel de Física en 1906 por su investigación sobre la conducción de la electricidad a través de los gases.
  10. Max Born (1882-1970). Físico y matemático alemán. Protestante. Premio Nobel de Física en 1954 por sus trabajos en mecánica cuántica.
  11. Takashi Nagai (1908-1951). Médico japonés. Católico. Uno de los pioneros en el estudio de la radiología en Japón. Sobrevivió a la bomba atómica de Nagasaki.
  12. Charles Stine (1882-1954). Químico estadounidense. Cristiano creyente. Fundó el laboratorio en el que se inventó el nylon.
  13. John von Neumann (1903-1957). Matemático húngaro nacionalizado estadounidense. Católico. Hizo grandes contribuciones a la teoría de juegos y a la teoría del equilibrio general para la economía.
  14. José Gregorio Hernández (1864-1919). Médico y científico venezolano. Católico y franciscano seglar, está en proceso de beatificación. Introdujo el microscopio y otros instrumentos científicos en Venezuela, siendo un gran impulsor y pionero de la docencia científica en su país.
  15. Manuel Carreira (1931). Astrofísico español. Sacerdote católico. Miembro del Observatorio del Vaticano, ha colaborado con la NASA en diversos proyectos.
  16. Pierre Duhem (1908-1988). Físico francés. Católico. Experto en estudios históricos sobre la ciencia medieval. Fue propuesto dos veces para el Premio Nobel de Física.
  17. John Ambrose Fleming (1848-1945). Físico e ingeniero británico. Protestante. Fue uno de los precursores de la electrónica.

Aunque la comunidad científica hoy día tiene una proporción notable de “religiosos“, no siempre fue así. Siempre se propone que “la iglesia censuró a Galileo” pero a veces una autoridad religiosa lo ataca, otras, sus propios colegas. Sea como fuere, hace falta una osadía especial para aferrarse a una idea que otros consideran claramente errónea.

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