Experto de Harvard da listado de medidas que urgen tomar contra pandemias y crisis climática, no están las vacunas

(LeMexico) – La impotencia que experimenta el personal médico al oír con el estetoscopio las dificultades para respirar de un niño, un adulto, es indescriptible. Hay medidas que podemos tomar para prevenirlo.

Aaron Bernstein, pediatra e investigador en salud y cambio climático, realizó un reporte con las conclusiones a las que llegó junto con un grupo de expertos de diferentes partes del planeta respecto al mundo que estamos dejando a las generaciones futuras. Desde la contaminación del aire, desastres ambientales e infecciones transmitidas por insectos, son factores que merman día con día la salud mundial.

Es por ello que el doctor Bernstein decidió guiar al Grupo de Trabajo Científico para la Prevención de Pandemias desde el Centro para el Clima, la Salud y el Medio Ambiente Global de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan, de la Universidad de Harvard.

Las medidas de conservación del medio ambiente son fundamentales para prevenir pandemias en un futuro, invariablemente. Estos expertos aseguran que los costos preventivos que los costos del manejo de una crisis sanitaria.

De acuerdo con sus cifras, los insumos como medicamentos, vacunas y pruebas han sido insuficientes en muchos países y el costo que ha generado esta pandemia por COVID-19 en todo el mundo ha sido de más de 6 mil millones de dólares. Bernstein y su equipo advierten que esta cifra será mínima para futuras pandemias, debido a la interacción invasiva del humano con el hábitat natural, sin duda habrá patógenos que pueden saltar a otras especies, incluida la humana.

Sin duda alguna, nadie quisiera volver a vivir otra pandemia como esta. Sin embargo, la probabilidad de que surja otra con efectos aun más devastadores que estos, es muy alta. Si se actúa hoy para prevenir la propagación de enfermedades de transmisión animal a humana, será anticiparnos a peores tragedias, teniendo como efecto colateral el estabilizar el clima planetario, la clave es: mejor cuidado de los bosques del mundo.

Algunos colegas de este hijo prodigo de Harvard son: Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis de Salud de la Organización Panamericana de la Salud; y Guilherme Werneck, profesor de epidemiología de la Universidad del Estado de Río de Janeiro en Brasil, país donde justamente en estos momentos pareciera que la prioridad no son los bosques. En este caso, la selva húmeda más importante para todo el planeta, parte de los ecosistemas que estos expertos están diciendo que debemos conservar.

En 2020, estos investigadores determinaron que el costo para prevenir la siguiente pandemia reduciendo la deforestación y atendiendo el severo tema del comercio ilegal de especies silvestres. Es de 22 millones de dólares por año, el 2% del costo que se ha hecho en esta pandemia.

Como diría Greta Thunberg: nada nuevo, las actividades humanas que más propician las pandemias y la crisis climática es la deforestación, ganadería masiva y no sustentable, comercio ilegal de especies silvestres protegidas por estar en peligro de extinción y hasta las que no están, sacar a un animal de su hábitat causa un desequilibrio económico, cambio de uso de suelo, destrucción de ecosistemas y asentamientos urbanos no planificados.

Todo esto ya lo sabemos, la ONU recientemente lo confirmó. ¿Por qué los gobiernos siguen sin hacer nada? ¿Por qué la población sigue sin exigir a los gobierno y empresas su acción responsable ante estas problemáticas? ¿Será que aún no queda claro que el costo beneficio es mayor si se tratan estos temas a resolverlos ya en la crisis? Probablemente esto se debe a que la distribución de la riqueza y las economías hasta el momento no son equitativas y se niegan a soltar el dominio mundial.

La agricultura se asocia con el 50% de las enfermedades zoonóticas más infecciosas que desde 1940 han afectado a la humanidad. El capitalismo, modelo económico predominante en el mundo, permite acaparar riquezas y recursos a ciertos sectores de la población, que gozan de beneficios como la comida. Sí, comer sano hoy en día es casi un privilegio con la encarecida de productos naturales, sin fertilizantes conservadores y químicos, dejando al resto de la población los alimentos de ínfima calidad. Intervenidos químicamente para ser sembrados masivamente y en pobreza extrema, las personas recurren a obtener vegetales de basureros, desechos sanitaros, carne silvestre de la cual no se conocen sus bondades o males.

Las acciones que se necesitan con urgencia, son las que consideran una sola salud, que implica hacer mejoras en el sistema sanitario humano y animal. Para ello es necesario: conservar los bosques tropicales, dejar intactos los pocos que han podido permanecer así u restaurar los que han sido fragmentados; mejorar la bioseguridad de los animales de granja, principalmente si estos se encuentran cerca de poblaciones humanas grandes o de expansión rápida.

Otra medida es la creación intergubernamental de una asociación para tratar el riesgo de propagación de patógenos de animales salvajes a animales domésticos o ganado o a humanos. Esta asociación necesita integrar a la Organización Mundial de la Salud, la OIE, el PNUMA, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y las redes de legislación de fauna. La cuarta medida es que los países de bajos ingresos, aprovechen e impulsen en mayor medida su sistema de salud y medios de conservación ambiental.

Las cuatro medidas restantes, son de índole científico: que la ciencia intervenga en bosques, casa, comercio de especies y bioseguridad. Es ilógico el gobierno que no considera a la ciencia para la creación de leyes y programas para estos temas, no podemos apartar a la ciencia de la gobernabilidad. La segunda acción es investigar las repercusiones ecológicas y económicas a largo plazo en el bienestar social de las posibles pandemias, integrando los costos beneficios como tercera medida, para la prevención contra la atención de la crisis sanitaria en estudio.

Por último, dar prioridad a la investigación, pues esta nos dará las probabilidades y ubicación inclusive de donde es que podrían surgir las siguientes pandemias, así como el análisis de los virus en la fauna silvestre que podrían detonar los patógenos potenciales.

Aaron Bernstein y su equipo tienen la esperanza de que su reporte se considere en la vigésimo sexta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, a realizarse en Reino Unido en noviembre y en la cumbre del G20 en octubre. Bernstein concluye que las vacunas son empleadas en la contención del problema, mas no en la raíz de este. Es por ello que en su reporte nos da el antídoto previo para la salud del planeta.

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