Hablemos de salud mental, aunque sea un ratito

(LeMexico) – ¿Sabes cuántas de las personas que te rodean van al psiquiatra y toman medicación por su salud mental? No, no tienes idea, pero seguramente son un montón. Porque la mayoría lo esconde por miedo o vergüenza. Y encima de pasarla re mal, les toca tener que disimularlo.

No hagas chistes con mucho hate o mala onda, no estigmatices. Quizás alguien que quieres está pasando por una situación de depresión o de ansiedad muy jodida y tú ni siquiera te das cuenta.

No es requisito estar tirado en una cama para estar luchando contra la depresión. No hace falta que los demás te vean “nervioso” para tener un diagnóstico de ansiedad. No son estados de ánimo, son patologías mentales que necesitan ser tratadas. Muchas veces, de hecho, para lograr toda esa “tranquilidad” externa, la persona que sufre de ansiedad está resignando su bienestar interior. Y está sufriendo mucho, aunque nunca lo puedas ver. Porque todo pasa por dentro. Dolorosamente por dentro.

Si te enteras de que alguien tiene problemas de depresión, ansiedad o algún otro de su salud mental, no le des consejos que ya escuchó mil veces. No es que no entienda, no es que no quiera: momentáneamente, no puede. ¿Entonces qué? Acompaña. No te borres. No intentes comprender todo. No juzgues. Acompaña.

Tampoco es que tengamos el poder o control que pueda solucionar la vida de los demás. Nada más alejado de eso, pero quizá un oído empático y atento pueda ser de gran ayuda en las grandes crisis de la vida.

Está bien ser prudente, está bien respetar la vida y determinaciones de la gente, está bien respetar la decisión de quien no quiere o no está preparado para recibir ayuda. Pero no lo duden tanto cuando vean entre algunos resquicios la oscuridad con la que la gente carga.

Ofrézcanse a ayudar, pueden ser sólo unas palabras que para otra persona signifiquen mucho en determinado momento. Sean ese oído amable y tengan esa boca sabia de la que no salgan juicios a priori, minimizaciones o ridiculizaciones hacia los sentimientos de los demás.

Ayuden lo más que puedan, dañen lo menos posible.

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