Bacalar no recupera sus 7 colores, está colapsando y el tren Maya le dará la estocada final

(LeMexico) – En las últimas semanas, el agua de la hermosa laguna de Bacalar se ha vuelto oscura. Desde la tormenta Cristóbal, no se ha recuperado de aquellas lluvias, empeorando con el mal manejo de construcciones.

La reportera Allison Keleey, de la revista New Yorker, acudió a la emblemática laguna en Quintana Roo, que se ha convertido en destino turístico socorrido por turistas nacionales y extranjeros. Según reportan los lugareños, después de la tormenta Cristóbal, en mayo del 2020, la laguna se tornó verde, aún brillante su agua, pero, a partir de este 2 de julio, cual tinta, se esparció la oscuridad en sus aguas.

De turquesa a verde y de verde a marrón, este oscurecimiento ocurrió en tan solo 48 horas. Atribuyendo el cambio inicialmente a la tormenta, tomando como referente que pasó lo mismo en un huracán. Al ver que no volvía a su estado natural, se dieron cuenta que era debido al mayor proyecto de construcción que se está desarrollando en la zona, abusando de la resiliencia de la laguna y su sensibilidad.

La señal de que algo malo estaba pasando fueron los caracoles chivitas, representantes de una laguna saludable y alimento de aves migratorias, se percataron de que dichos caracoles comenzaron a pudrirse en la arena. Ese gran proyecto de construcción no es ni más que ni menos que parte del tren Maya.

En 2019 se inició la expansión del aeropuerto de Chetumal y a la fecha hay trabajos para la construcción del tramo que va de conexión de Cancún con Bacalar. La voz de los expertos asegura que es difícil crear una economía turística con gran auge sin destruir parte de la atracción ecológica, la población de microbios de Bacalar tiene más de 9 mil años de existencia y se está destruyendo, justo ahora.

Luisa Falcón, investigadora microbiana de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha investigado estos organismos, provenientes de la era Arcaica, desde el 2004. Desde entonces, con su descubrimiento de cómo los microbialitos, que están en las orillas de la laguna, se utilizan como escaleras, muelles improvisados y lugares de descanso. Ha pedido a las autoridades que se declare Bacalar como zona natural protegida.

Gracias a que una organización sin fines de lucro publicó la cantidad de bacteria E.Coli que está presente en sus aguas, y esta causa algunas enfermedades junto con otras bacterias, es que se intensificaron las medidas a favor de este ecosistema. Los negocios y sector turístico que dependen de esta laguna emitieron consejos amigables con el medio ambiente como no usar bloqueador solar al introducirse en la laguna y a algunos botes se les quito el motor, pero, al ser un cuerpo de agua federal, no está a una jurisdicción local, la cual tendría que hacer valer estas acciones entre otras. Pasa todo lo contrario.

Además de la mega obra, la laguna enfrenta los sedimentos de las carreteras 293, la cual va del norte al centro de Quintana Roo y la 307 de Cancún a Chetumal. Previo a ellas, el agua de lluvia se filtraba a la laguna por medio de los acuíferos subterráneos del sur y los canales de la zona norte, la vegetación filtraba el agua.

Si no se tiene el apoyo del gobierno, menos el de los empresarios, pues ellos sólo ven una oportunidad económica, habrá que esperar a conocer su opinión ahora con este color fangoso que es muy probable vaya en aumento, pues hay una aceleración en el crecimiento agrícola de la región, los cambios en el código de construcciones que día con día son más, se plantan manglares que no son propios del ecosistema y su principal verdugo, el tren Maya con todas las modificaciones y destrucción que la obra implica.

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