Fernanda, la esperanza para las tortugas gigantes

(LeMexico) – La dirección del Parque Nacional Galápagos anunció que en la isla Fernandina se encontró una hembra de tortuga gigante, la cual se creía extinta desde hace un siglo.

La prioridad y misión de relevante importancia de los científicos es encontrar a un macho que sea el compañero de Fernanda y que le ayude a preservar la especie con el programa de reproducción de cautiverio que se activó desde el encuentro con el espécimen femenino en el 2019, hallado en conjunto por la organización Galapagos Conservancy con sede en los estados Unidos y el Parque Nacional Galápagos.

La Universidad de Yale, también en Estados Unidos, realizó estudios genéticos en la por ahora solitaria tortuga, encontrando que es por genética similar a la llamada Tortuga Gigante de Fernandina, con nombre científico Chelonoidis phantasticus, que no se había reportado un avistamiento en 100 años.

Esta es la gran oportunidad de restaurar a las tortugas gigantes. Es por ello que los científicos se dieron a la tarea de encontrar otros ejemplares, para iniciar el programa de reproducción en cautiverio en cuanto antes. La directora del Parque Nacional Galápagos, Danny Rueda, explicó que la gran urgencia que hay en hallarle compañero a Fernanda es para evitar que pase lo mismo con el Solitario Jorge, que fue hallado en 1971 en la isla Pinta.

Intentaron que Jorge se apareara con tortugas genéticamente similares, pero no pudieron lograr el cometido y las Chelonoidis abingdon, a la cual pertenecía Jorge, se extinguieron con él. Fernanda, desde su descubrimiento fue llevada al Centro de Crianza de Tortugas Gigantes, que el Parque tiene en la isla Santa Cruz. Se encontraba desnutrida, pero al día de hoy ha ganado peso y se mantiene estable. Calculan que tiene entre 60, 80 0 100 años, es muy difícil calcular la edad de un quelonio, que son reptiles con cuatro extremidades cortas, cubiertos por un caparazón, con mandíbulas sin dientes y que pueden retraer cabeza, cola y patas.

Washington Tapia, el director de conservación de Galapagos Conservancy, explico para la BBC:

“Las tortugas son animales muy longevos y desarrollan su madurez sexual muy tardía a los 20-25 años. Según van pasando los años, van perdiendo los anillos concéntricos en sus placas conocidas como el caparazón. Cuando ya alcanzan entre los 30 y 40 años, empiezan a perder esos anillos, en unos casos más rápido y en otros más lento, pero todas terminan con las placas completamente lisas después de aproximadamente los 60 años, con lo cual a partir de esa edad es imposible saber cuántos años tienen.”

Los científicos creen firmemente que el hallazgo de Fernanda se dio justo para salvarla, la primera tortuga gigante se vio en 1906 y, desde esa fecha, no se halló otro espécimen igual. Nadie, ni el más experimentado científico o aventurero, ha hecho una exploración completa de la isla Fernandina por lo complejo del terreno, erupciones constantes y su localización remota. La isla es un volcán activo, el 60% está cubierto de lava caliente que derretiría un par de botas en minutos.

Se cuentan con sistemas de monitoreo de actividad volcánica, los que podrían alertar a quienes acudan a buscar un macho. Sin embargo, las erupciones se dan en cuestión de horas y, llegar y salir con helicóptero de la isla es muy complicado. La vegetación es densa a falta del herbívoro principal, tortugas, que podrían comérsela, pues la hierba evita se vean las grietas ocultas en los 600 kilómetros cuadrados de la isla. Es por ello que es tan complicado encontrar un compañero para Fernanda.

De lograrlo, esa tortuga pasará el mismo protocolo que Fernanda, deberán aumentarla de peso y hacer que se ponga sano para iniciar con el programa.

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