Revive la teoría de la fuga del coronavirus de un laboratorio en Wuhan

(LeMexico) – EU es el principal promotor de esta idea sobre el origen del coronavirus que, hasta el momento, ya tomó una línea de investigación seria para la OMS.

Luego del reporte emitido por la OMS de la visita a Wuhan y la inconformidad de la comunidad científica con la investigación presentada, la teoría de la creación del nuevo coronavirus, aunada a su fuga de un laboratorio en Wuhan, ha recobrado fuerza.

A estas alturas, la línea principal no es la creación deliberada sino la fuga del virus -como los que hay en cualquier laboratorio para su estudio-, aunque ambas ideas se han mezclado sutilmente. Hubo varios factores para retomar esta idea que alguna vez se tildó de absurda.

El primero es que la investigación para dar con el origen natural del virus fue infructuosa y, en palabras de los expertos, “ir por ese camino es insostenible“. El segundo apunta a los primeros rumores de una fuga o “dispersión” voluntaria junto a una creación deliberada aunado a la falta de transparencia de China. El tema no se tomó con demasiada seriedad, puesto que el principal partidario, Donald Trump, tenía un mensaje anti sionista de por medio.

El tema se retoma luego de una reconstrucción de hechos por parte de varios expertos de la comunidad científica presentada por Infobae:

En diciembre 30 del 2019, la Comisión de Salud Municipal de Wuhan informa mediante “un aviso urgente” a las instituciones médicas locales de diversos casos de neumonía atípica en el mercado mayorista de mariscos. Para el 5 de enero del 2020, un usuario de Twitter recordó que «hacía 18 años que China mató a casi 300 habitantes de HongKong al no denunciar ni atender los casos de SARS presentados dejando que los turistas chinos viajaran por todo el mundo, esparciendo el virus con malas intenciones».

El Daily Mail publicó un artículo el 23 de enero afirmando la construcción por parte de China de un laboratorio exclusivo para el estudio del «SARS y el Ébola en Wuhan, expertos en bioseguridad en Estados Unidos advirtieron en 2017 que un virus podría “escapar” de las instalaciones que se han convertido en piezas clave de la lucha contra el brote». Tres días después, The Washington Times sugiere que el coronavirus pudo haber sido creado en un laboratorio vinculado “al programa de guerra biológica de China“. Al siguiente día, The Lancet publica un reporte de investigadores chinos acerca de 41 casos de coronavirus. El 30 de enero, Tom Cotton, hablando en una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senad, dijo muy directamente: «Me gustaría señalar que Wuhan tiene el único súper laboratorio de nivel cuatro de bioseguridad de China que trabaja con los patógenos más mortales del mundo para incluir, sí, el coronavirus».

Por su parte, los Investigadores del Instituto de Virología de Wuhan afirmaron el 3 de febrero que el nuevo coronavirus es derivado de murciélagos. Tres días después, Botao Xiao, investigador de biomecánica molecular de la Universidad de Tecnología del Sur de China, se refirió al nuevo coronavirus como “el coronavirus asesino” indicando que se originó en Wuhan y señaló los problemas de seguridad y el tipo de investigaciones realizadas en el laboratorio.

Para el nueve de febrero, China había respondido que todo era una acusación infundad, el Senador respondió en Twitter:

«Esto no es una conspiración, ni una teoría: Realidad: China mintió sobre el inicio del virus en el mercado de alimentos de Wuhan. Hecho: el super laboratorio está a solo unos kilómetros de ese mercado. ¿Por dónde empezó? No lo sabemos. Pero la carga de la prueba recae sobre usted y sus compañeros comunistas. Ábrase ahora a científicos internacionales competentes».

El 16 de Febrero, Cotton publica un Twitter defendiéndose de las acusaciones del Washington Post, presentando los únicos cuatro posibles escenarios:

  1. Es natural. Este sigue siendo el más probable, pero es casi seguro que no del mercado de alimentos de Wuhan.
  2. Hubo buena ciencia pero mala seguridad. A lo mejor estaban investigando cosas como pruebas de diagnóstico y vacunas, pero se produjo una infracción accidental.
  3. Mala ciencia y mala seguridad. Esta es la hipótesis de las armas biológicas diseñadas, con una infracción accidental.
  4. Liberación deliberada. Muy poco probable, pero no debe ser ignorada, ya que aunque no se tienen pruebas, hay dudas.

El funcionario agrega que:

«Una vez más, ninguna de estas son ‘teorías’ y ciertamente no son ‘teorías de conspiración’. Son hipótesis que deberían estudiarse a la luz de la evidencia»

El 19 de febrero, un grupo de 27 científicos se pronuncian al respecto afirmando que se unieron para “condenar enérgicamente las teorías que quieren apuntar hacia un origen humano del COVID-19” liderada por Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance, que financió la investigación en el Instituto de Virología de Wuhan con recursos del gobierno de EU. En marzo, el día 11 Scientific American publicó un perfil del virólogo Shi Zhengli que afirmó haber pensado que los coronavirus estudiados en su laboratorio hubieran causado todo esto. Hasta que llegaron las pruebas pudo descansar, ninguna de las secuencias de coronavirus coincidía con los estudiados por su equipo.

Otro estudio se publicó en marzo 17 en Nature Medicine por un influyente grupo de científicos que no descartaron el origen humano del coronavirus. Otro estudio secundó la idea diez días después, agregando que hubo prácticas de laboratorio inseguras. El dos de abril, David Ignatios afirmó para The Washington Post que la transmisión natural no es descartable pero también se piensa en un accidente del laboratorio de Wuhan. También en ese mes se publicó en The Post que funcionarios del Departamento de Estado de EU llegaron al Instituto de Virología de Wuhan y alertaron urgentemente “que había una inadecuada seguridad en el laboratorio y había estudios riesgoso sobre coronavirus de murciélagos“.

En mayo 3, el Secretario de Estado Mike Pompeo dice en una entrevista con ABC News que tienen bastante evidencia de que en Wuhan comenzó todo y acusó a China de tener un historial de infectar al mundo y deficientes laboratorios. Shi Zhengli, afirmó el 31 de julio que Trump no tiene pruebas al acusar a China, indicó que sus acusaciones son una afrenta a sus vidas personales y académicas, aunque después admitió que “algunas investigaciones sobre el coronavirus se llevaron a cabo en el nivel de bioseguridad 2, no en el BSL-4, que es más restrictivo“.

En noviembre 17, Rossana Segreto y Yuri Deigin indicaron que la estructura genética del SARS-CoV-2 no soslaya la idea de un origen en laboratorio y concluye que se nota el resultado «de técnicas de manipulación de laboratorio como la mutagénesis dirigida al sitio (…) la adquisición de ambas características únicas por el SARS-CoV-2 más o menos simultáneamente es menos probable que sea natural o causada sólo por el paso en serie de células / animales (…) Sobre la base de nuestro análisis, un origen artificial del SARS-CoV-2 no es una teoría conspirativa sin fundamento que deba ser condenada».

En enero de este año, Nocholson Baker publicó un extenso y completo archivo científico que revisó la evidencia y lo llevaron a pensar que una fuga es muy convincente. El quince del primer mes del año el Departamento de Estado emitió un comunicado al respecto del asunto afirmando que hay casos confirmados en otoño del 2019, mucho antes que fuera oficial la circulación de este virus. Luego de la investigación “malograda” en Wuhan, la OMS concluye el 11 de febrero que no descartarán el escenario de una fuga y afirma que se someterá a un estudio más profundo.

En mayo 14, se publica una carta por 18 científicos respetados, uno de ellos es Ralph Baric, un virólogo que trabajó en estrecha colaboración con Shi, e indican que «se necesita una nueva investigación porque las teorías de la liberación accidental de un laboratorio y el derrame zoonótico siguen siendo viables». W.Ian Lipkin de la Universidad de Columbia, quien firmó la carta de marzo de 2020 en Nature Medicine afirmando que el origen del coronavirus fue natural, se retracta.

Hasta ahora, China ha entorpecido y obstaculizado todo intento de averiguar la verdad en su territorio. Además, un informe de inteligencia de EU afianza la teoría de fuga/creación al afirmar que tres investigadores del Instituto de Virología de Wuhan se enfermaron en noviembre de 2019 de lo que se denominó “neumonía atípica” -mismo nombre con el que se ingresó a los primeros pacientes de coronavirus- y tuvieron que recibir atención hospitalaria.

El mismo informe reporta lo mismo que se escribió en marzo 22 por el diario The Australian:

«Los investigadores del Instituto de Virología de Wuhan que trabajan con coronavirus fueron hospitalizados con síntomas consistentes con el COVID-19 a principios de noviembre de 2019 en lo que los funcionarios estadounidenses sospechan que podría haber sido el primer grupo».

La declaración fue a unos días de la 74º Asamblea Mundial de la Salud que empezó el 24 de mayo y culminará el 1 de junio, organizada por la OMS. En ésta se abrirá la posibilidad de volver a indagar acerca del origen del coronavirus. Beijing no ha proporcionado los datos en bruto ni los registros del laboratorio de Wuhan sobre sus trabajos con el coronavirus en murciélagos.

Para Richard H. Ebright, biólogo molecular de la Universidad de Rutgers y experto líder en bioseguridad:

«China, a través del Instituto de Virología de Wuhan, construye sistemáticamente nuevos coronavirus quiméricos y estaba evaluando su capacidad para infectar células humanas y ratones que expresan ACE2 humano».

Este dato, aunque inocente, puede ser vital, ya que coincide con los síntomas presentados en la población por la circulación del virus en China. Aunado a esto, el hostigamiento, persecución y sanciones por parte de Beijing a todo aquel que alertó de los brotes y el soterramiento de información vital al respecto da fuerza a creer que China liberó, creó o “se le escapó” a propósito este virus que ha matado a más de 3 millones de personas en el mundo.

Para la comunidad científica, la evidencia está empezando a ser abrumadora debido a la secuenciación del genoma, a los descubrimientos del 100% de contagios en humanos contra el muy pero muy bajo porcentaje de contagio animal y la nula posibilidad de mutación para ello.

Usted, querido lector ¿Qué opina? ¿Natural o de laboratorio? ¿Fuga, descuido o liberación a propósito?

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