No hay respeto al patrimonio arqueológico de Teotihuacán y las autoridades no lo protegen
(LeMexico) – Desde que inició el año, vecinos y especialistas en la zona de Teotihuacán se han percatado del paso de albañiles y maquinaria a un terreno de 7 hectáreas resguardado por una gran barda. Esta obra podría dañar los vestigios.
Con un poco de sentido común, sabemos que las zonas no exploradas, donde hay terreno baldío y es cercano a una zona arqueológica, puede guardar muchos o algunos tesoros arqueológicos. En este predio que aún no había sido explorado por personal experto en antropología, se hallaban 3 montículos en los que se creía que hay pequeñas pirámides o construcciones prehispánicas, el personal de esta obra ya destruyó uno de estos montículos.
Han introducido a un predio aledaño y muy cercano de 7 hectáreas, a la zona arqueológica de Teotihuacán, maquinaria de cimentación, tractores, ladrillos, esto está prohibido por decreto presidencial. El personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia recibió denuncias no sólo de estos hechos, desde el año pasado. Meses después de iniciada la pandemia, los habitantes cercanos al recinto denunciaban saqueos de piezas ya separadas y pedazos que fueron desmontados por los ladrones.
Los expertos del INAH acudieron al sitio para constatar lo que estaba pasando, colocaron ya en dos ocasiones sellos de clausura que los dueños de las obras arrancaron para seguir con estas. Se presentó ya una denuncia en el Ministerio Público Federal por daño a patrimonio Arqueológico. El director del recinto arqueológico, Rogelio Rivero Chong, espera que las autoridades de la fiscalía hagan caso y les ayuden a parar de una vez por todas esta obra. La denuncia se presentó el 20 de abril contra quien resulte responsable.
Se cree que toda la zona aledaña a las pirámides del Sol, la Luna y la Calzada de los Muertos, son de un alto potencial arqueológico, por lo menos se estima que haya una veintena de construcciones no descubiertas. Los primeros sellos se colocaron el 4 y 5 de marzo, se le dio un plazo al propietario de 30 días para regularizar la obra y obtener la autorización del INAH. Sólo se limitaron a violar los sellos y continuar de forma ilícita.
