¿Perteneces a la élite contaminante?

(LeMexico) – 31 expertos de la Comisión de Sostenibilidad de Cambridge sobre Cambio de Comportamiento a Escala a petición de la ONU revelan que las personas más ricas producen el doble de contaminantes.

En el marco de la conmemoración 51 del Día de la Tierra, la ONU encomendó a los expertos la misión de encontrar la forma más eficaz de expandir las acciones y medidas que reduzcan las emisiones de carbono. La Comisión de Sostenibilidad de Cambridge sobre Cambio de Comportamiento a Escala reunió a 31 expertos ambientales que realizaron un estudio sobre el consumo por sectores económicos donde encontraron lo siguiente: el 1% del más rico del mundo, produce el doble de las emisiones de carbono, en combinación con el 50% más pobre,

El 5% de la población más rica, a los cuales se les denomino élite contaminante, genero el 37% del crecimiento de emisiones entre 1990 y 2015. Esto es debido a que son quienes se pueden permitir una casa más grande, un auto más grande, los cuales consumen más combustible. Se pueden permitir calefactores y electricidad solar, pero continúan haciendo uso de energías carbónicas para cubrir sus necesidades en ocasiones innecesarias, sólo por lujo- Por ejemplo, las simples lámparas de noche que se dejan prendidas en toda la casa, más la fuente o fuentes de luz principales.

Además, son la población que vuela más y conducen más. Es una realidad que, aunque suene feo, vivimos sumergidos en las modas. Es decir, la gente con poder adquisitivo se vuelve el ejemplo a seguir de los pobres y más ahora con las redes sociales, pues millonarios, los famosos mirreyes, influencers y toda aquella figura pública que expone su estilo de vida, lo convierte en un ideal aspiracional de la sociedad media, media baja. Con tal de estar a la moda y encajar, realizan excentricidades como la compra de animales exóticos, ropa y calzado que conlleva al derroche de muchos recursos naturales para su producción y que, por lo general, esas prendas son desechadas rápidamente.

Vemos cómo estas personas de la élite contaminante han puesto de moda el consumo de alimentos y bebidas por medio de aplicaciones, las cuales han sido de gran ayuda a la economía de muchos. Sin embargo, el embalaje de los productos se realiza en desechables, con plásticos protectores, pese a que en algunas ciudades, como la de México, está prohibido el uso de productos de un solo uso.

México es el consumidor número 1 de América Latina de moda, pese a que nuestros niveles económicos no están dentro de los del 1%, sólo algunos pocos mexicanos, el resto de la población cae en la oleada de este consumismo de aceptación sin importar los residuos que conlleva.

El profesor de la universidad de Sussex y principal autor del estudio Peter Newell, explica que en estudio se incluyen algunos consejos y medidas para reducir la generación de contaminantes. El más sencillo es que la élite contaminante se mostrase plantando árboles, reciclando, cuidando a los animales, con la firme convicción de estar generando un cambio, para que este modelo se replique en la gente pobre. Así como que hagan una reducción en sus viajes y traslados.

También considera que hacer un cambio significativo sería que el grueso de la población, sin importar estatus social, haga presión contra los gobiernos para hacer cambios significativos, que se regule a los agentes que son los mayores contaminantes. La Asamblea del Clima del Reino Unido propuso difundir la recomendación de hacer un menor consumo de carne y lácteos en la población y, en conjunto con el Ministerio de Hacienda británico, proponen un impuesto especial a los viajeros frecuentes. Con ello, se estaría recopilando información personal de los pasajeros que el gobierno debería almacenar.

Aquello supone un problema de espacio y seguimiento a dichas personas, además de no tener aun un proceso claro para quienes cuentan con varios pasaportes. Estas sugerencias van acorde a los Acuerdos de París, pues la comisión indica que no pueden alcanzarse los objetivos sin hacer un cambio verdaderamente radical, incluso en el estilo de vida, especialmente en los eslabones más ricos de la sociedad.

De cualquier manera, no podemos echarle toda la culpa a este sector de la población mundial. Existe en el resto de la población la capacidad madurativa racional para discernir sobre su propio consumo, investigar todo lo que conlleva el tener lo que compramos, si es necesario, si puede ser sustituido con algo que ya contemos y, de ser imprescindible, darle un uso consciente en varias ocasiones e informarnos de la forma en que se puede reciclar o de forma creativa darle un segundo uso.

Es responsabilidad de todos los habitantes del planeta tierra que la cuidemos y preservemos junto con todas las especies animales y vegetales, para lograr un equilibrio ecológico que nos beneficiará, así como a las generaciones futuras.

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