Efectos graves tras la aplicación del fármaco contra COVID-19 Johnson & Johnson

(LeMexico) – Una mujer muere, otra paciente está grave. Autoridades sanitarias en EU sugieren vigilar a todos los inoculados desde hace dos semanas con el fármaco de J&J.

Son seis casos de reacciones adversas en EU por la vacunación con el preparado de J&J, el Gobierno ha detenido la vacunación y mandó dar seguimiento a los vacunados.

Los titulares de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, en inglés) y la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, en inglés) apuntaron que las cifras no son definitivas para detener totalmente la aplicación del fármaco.

Es decir: «si un profesional médico y su paciente entienden que el beneficio de vacunarse es mayor que el riesgo y quieren seguir adelante, pueden hacerlo». Peter Marks explicó que hay 6 pacientes con un “caso raro de trombosis cerebral“.

Anne Schuchat pidió a los vacunados reportar cualquier síntoma y estar pendietes si hay algún dolor de cabeza, abdominales, piernas o dificultad para respirar. Además, la subdirectora principal de los CDC pidió a los médicos reportar pacientes con plaquetas bajas y comprobar si ya fueron inoculados.

La titular conminó a la tranquilad, puesto que el número de afectados es bajo y no se debe generalizar, pero que estarán pendientes y tomarán los datos disponibles. Marks apuntó que estos padecimientos son similares a los presentados con el preparado de AstraZeneca.

Para los expertos, estas circunstancias no deben entenderse como una amenaza a los objetivos gubernamentales de vacunación o que supongan un trabajo mal hecho de J&J, sino que deben entenderse como un hecho natural de las investigaciones.

Las preguntas se hacen obvias: ¿Cuál es la mejor vacuna contra el Coronavirus? ¿Cuál protege más? La respuesta rápida es, según los expertos, todas son buenas y confiables. La respuesta segura afirma que sí hay diferencias, pero no que las hagan mejores o peores.

La inclinación a la vacuna que obtuvo mejores resultados en eficacia es obvia pero reflejan la premisa del comportamiento de cada cuerpo ante el virus.

Hasta ahora, para la Agencia Europea de Medicamentos, el fármaco Jansen está por debajo en eficacia con 67%, seguida del 76% de AstraZeneca, 95% de Pfizer y Moderna. Estos números no son absolutos, fueron los de Fase III presentados a la EMA.

En estos ensayos hay decenas de miles de involucrados, hay dos grupos de voluntarios: a uno se le aplica el fármaco y otro recibe un placebo. Si 10% de los infectados se encontraban en el grupo que recibió el fármaco y el otro noventa en el del placebo, es un indicador que la vacuna tiene 90% de efectividad.

Se podría tener una comparación equitativa y “pareja” de las siete vacunas más aceptadas hasta el momento, pero necesitaríamos cientos de miles de participantes, en un mismo tiempo y lugar, coordinando la aplicación de las opciones, esto es prácticamente imposible, aunado al contexto que exige rapidez, acierto y criterio.

Todas las vacunas se han desarrollado y estudiado en diversos contextos y lugares. J&J se desarrolló cuando la variante sudafricana y británica estaban en circulación; Patria, la propuesta mexicana, está en proceso actualmente, cuando apareció la variante Eek en Japón, los ensayos de Pfizer y Moderna no tenían los datos que ahora se tienen.

Federico Martinón, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago, apunta en palabras simples:

«Hablamos de intervalos de confianza, es decir: el resultado no es un número exacto sino una ventana de éste. Primero que nada, no hay reportes de muertes en los ensayos de las vacunas, eso debe dejarnos tranquilos, ahora, si una vacuna tiene un valor asignado de eficacia del 76%, es más correcto decir que “su rango de confianza y efectividad es del 71% al 86%».

Para resumir: “la mejor vacuna es la que llega antes a mi brazo“, la eficacia como tal describe los ensayos clínicos, un ambiente controlado y riguroso. En campo, con poblaciones reales, es menor, pero no varía más de lo normal para tener pánico. Hoy día es demasiado pronto, exigente e inmaduro pedir la tasa de efectividad en infección como en muerte. Lo que se sabe es bueno, todas tienen los porcentajes deseados para evitar la enfermedad grave, ser internados y morir. Debido a las variantes, no es posible conocer el tiempo de inmunidad.

Vicente Larraga, investigador del CSIC, afirma que para alcanza la ansiada inmunidad de rebaño es necesario fijar la atención en las vacunas que «otorgan protección ante la enfermedad crítica y la muerte, los datos conocidos de las desplegadas en el mundo son bastante buenos».

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