Abuelito vende postres para pagar la cirugía de su nieto

(LeMexico) – En muchos países, debido a que un sinfín de personas necesitan trabajar para mantener a sus familias, no pueden implementarse de manera efectiva las medidas de contención de COVID-19. Es menester conseguir esos alimentos. Pareciera que los habitantes temen más a morir de hambre que contagiarse de coronavirus.

El impacto de la pandemia de coronavirus en la economía mundial es enorme y sumamente nocivo, además de alarmante. Para un mayor contexto, por efectos del confinamiento COVID-19, en 2020 se perdieron 647,710 empleos formales en México, tratándose de la mayor baja reportada desde 1995 por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMMS).

En tiempos de pandemia, el hogar ha dejado de ser un espacio de bienestar, calma y tranquilidad, puesto que las familias deben innovar y pensar el cómo sobrevivir ante un contexto escaso de empleos y con necesidades básicas que no escatiman.

Los países con las economías informales más grandes (como México), son los que más están sufriendo las consecuencias de la pandemia. A través de redes sociales, hemos conocido una diversidad de historias entre nostálgicas, alentadoras y conmovedoras. Estas son sobre familias o individuos que buscan hasta en sus últimas opciones o recursos y cómo ayudar a sus seres queridos o simplemente a aquellos que lo necesitan.

Recientemente, se difundió el caso de este abuelito en la alcaldía de Tlalpan de la Ciudad de México, quien vende gelatinas y flanes en una gasolinera para ayudar a su nieto con el costo de su cirugía.

Publicación que inmediatamente fue popular. En la cuenta de Facebook de Tlalpan Vecinos, las fotografías del abuelito se viralizó tras alcanzar más de 937 reacciones, 71 comentarios y se compartió más de dos mil 300 veces. Mientras tanto, en Twitter sumó más de 810 retweets, 15 tweets citados y 778 “me gusta”.

En estas fotos se puede ver a una persona de avanzada edad vendiendo postres desde un carrito de supermercado con un pequeño mensaje que dice: “postres y gelatinas ‘el abuelo y su amigo fiel”.

Penosamente, muchas personas no pueden trabajar a petición de sus empleadores o en cumplimiento de las medidas de confinamiento. Quienes continúan haciéndolo, enfrentan un alto riesgo de contagiarse.

Finalmente, debido a esa necesidad de tener que ir a trabajar para sobrevivir y alimentar a sus familias, en México, las medidas de contención contra COVID-19 no se pueden implementar de manera efectiva. Esto socava los esfuerzos del gobierno para proteger a las personas y luchar contra la pandemia. También, puede convertirse en una fuente de tensión social, pues la economía informal es muy importante en nuestro país y sustento para muchos de nosotros.

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