La izquierda, la política urbana y la ciudad

La izquierda ha gobernado la ciudad por casi tres décadas, con la excepción del final de la administración de Mancera, que gobernó aliado con el gobierno de Peña y terminó de candidato del PAN.

Hacerlo con relativo éxito, como ha sucedido, es muy complicado en una urbe con enromes problemas de diseño urbano, de gran concentración de población, ubicada en una zona donde el aire no se dispersa y que atiende a varias millones de personas que vienen todos los días del Estado de México. Además de esto, sufrir, por periodos, el acoso de los poderes federales.

En la reforma al sistema de coordinación fiscal de 2009 el PAN y el PRI le quitaron a la capital algo cercano a las mitad de sus participaciones. Una de las políticas centrales de esos gobiernos han sido las de reducir la desigualdad. Desde hace décadas, estudiantes, adultos mayores y personas con carencias importantes reciben transferencias públicas.

Es verdad que detrás de los problemas del metro existe un problema de subinversión crónica, que se debe revertir, que inició incluso antes de los gobiernos de izquierda, pero que fundamentalmente tiene que ver con la decisión de mantener una tarifa altamente subsidiada en ese transporte. Eso es muy importante para millones de capitalinos, al grado de que cuando se incrementó la tarifa, hace seis años, se redujo la cantidad de usuarios porque el costo del transporte sí constituye una porción importante del gasto del capitalino.

Además de las políticas sociales, el gobierno de la ciudad ha puesto en práctica una agenda de derechos como el garantizar la interrupción legal del embarazo, los matrimonios igualitarios, la participación social y en general los derechos humanos de las personas.

Mi punto es que, además, los gobiernos capitalinos han desarrollado buenas políticas urbanas, también excepcionales con respecto a lo que se hace en el resto del país, que permiten vivir en una ciudad mejor. Por eso la izquierda se mantiene y se mantendrá el gobierno, porque de manera adicional a las políticas sociales y de derechos, existe un proyecto de ciudad.

La capital ha construido finanzas públicas sólidas, porque es el único gobierno local que seriamente recauda, eso ha permitido ampliar la oferta de metro, desarrollar nuevos transportes como el Metrobus, y ahora los teleféricos y las vías elevadas para autobuses, así como recuperar la infraestructura de sistemas que ya eran caducos, como el tren ligero y los trolebuses. Se ha avanzado, casi como nadie, en facilitar transportes alternativos como el ciclista y el peatonal con ciclovías y sistemas de préstamo de bicis,  además de que se comienza a invertir en unidades de autobuses eléctricos.

Se trata de gobiernos que han entendido la importancia de mejorar el espacio público, para avanzar en integración social, en seguridad, desarrollo económico y en mejorar la calidad de vida. Intervenciones como la del Monumento a la Revolución, la Alameda Central, la recuperación del centro y ahora los nuevos parques en zonas más periféricas son fundamentales para el disfrute de la ciudad. Basta recordar el lamentable estado del Bosque de Chapultepec, antes que se acordara con el sector privado un mecanismos para su conservación y mejora.

Ahora llama la atención que los partidos que han estado en contra del proyecto de ciudad de la izquierda se unan, el problema es que ellos no presentan un proyecto propio, su narrativa es en contra de lo que la ciudad ha avanzado, que es, por cierto, a la vanguardia de la ciudad del mundo.

Back to top button