Hasta el momento, más de 8000 restos arqueológicos descubiertos en la ruta del Tren Maya
En los 4 primeros tramos del Tren Maya se han encontrado vasijas, ornamentos, estructuras habitacionales, inclusive pirámides. Se espera que en los 3 tramos faltantes por estudiar haya más.
Esto lo dio a conocer el Fondo Nacional de Fomento al Turismo, Fonatur, en un comunicado desde su cuenta de Twitter. Llevan registrados en total 8,333 restos arqueológicos aparentemente de la extinta cultura Maya. Gracias a que el INAH ha realizado en estos tramos 80 operativos de detección con apoyo de la tecnología radar LIDARr.
Se han encontrado 2,327 yacimientos en el primer tramo que va de Palenque, Chiapas, con Escárcega al norte de Campeche. En el segundo tramo se hallaron 2,700 yacimientos en el recorrido de Escárcega a Calkiní en Yucatán. El tercer tramo que va de Calkiní en los límites con Yucatán a Izamal, se hallaron 2,984 restos. El cuarto tramo es otro cambio de estado de Yucatán en Izamal, a Quintana Roo, en Cancún, se encontraron 1015 yacimientos.
La comunidad y expertos arqueológicos aún están preocupados por el tratamiento que se le de a estos vestigios. Sin embargo. y de acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, los operativos sirven para que, al encontrar los restos, se analice si es posible removerlos, de lo contrario se informa y estudian el cambio de la ruta del tren.
Antes de estos hallazgos, en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos de México, ya se habían ubicado 1,709 vestigios a lo largo de estos estados: en Chiapas y Quintana Roo habían 142 en cada estado, en Tabasco 295 restos, en Campeche 481, en Yucatán esta la mayoría, 649. También contemplan que en algunos cenotes cercanos a la ruta haya restos de fauna del periodo Pleistoceno, que van de los 2,6 millones a 11,700 millones de años de antigüedad.
Y es que, en los 1500 kilómetros que abarca la ruta, a una periferia de 15 kilómetros sobre esta, es que se están enviando los vuelos LIDAR. Se tienen ya equipadas aeronaves con el radar que vuela en esta periferia y lanza los rayos del radar que rebotan sobre las superficies, aunque estas estén debajo de la tierra y regresan a un sensor que realiza una proyección tridimensional de lo que se haya enterrado por capas de polvo y tierra.
