En riesgo: de selva tropical a sabana – El Amazonas

El mayor pulmón de nuestro planeta, el Amazonas, sigue estando en riesgo por deforestación. Esto gracias a la política de protección sin una real intención de Bolsonaro y calentamiento global que ahora causaría un cambio en el tipo de ecosistema.

Las selvas tropicales son ecosistemas sumamente sensibles, requieren de abundantes y largas lluvias para mantener su equilibrio. El Amazonas tiene este ecosistema que ahora podría convertirse en una sabana cuya característica son las lluvias esporádicas. Un estudio de la revista Nature Communications prueba que hubo un descenso de lluvias, generando un umbral de cambio que podría causar un deterioro, pues del 40% del territorio amazónico, ubicado en Brasil, está resintiendo el incremento de temperatura causado por el efecto invernadero.

Arie Staal, del instituto especializado en medio ambiente, el Centro de Resiliencia de Estocolmo, es el autor del estudio, declaro: “Entendemos ahora que las selvas tropicales de todos los continentes son muy sensibles al cambio global y pueden perder rápidamente su capacidad para adaptarse. Una vez desaparecidas, su recuperación llevará muchas décadas para volver a su estado original. Y dado que las selvas tropicales albergan a la mayoría de las especies globales, todo esto se perderá para siempre… A medida que las selvas se contraen, tenemos menos precipitaciones y esto causa una desecación, más incendios y una pérdida de la selva: es un círculo vicioso.

Es algo que el equipo de Staal y científicos y otros expertos nos han dicho por años mientras más deforestación, más se calienta el planeta, los ecosistemas pierden su resistencia natural propiciando la sequedad. Pues los arboles, además de ser los principales productores de oxigeno de nuestro planeta, ayudan a la regulación de la humedad y tristemente, día a día los ecosistemas y climas se vuelven más inestables e irregulares.

Los incendios forestales del Amazonas en este año, registraron un incremento del 28% en comparativa con el 2019. Esto provocó un reclamo mundial hacia el gobierno del actual presidente brasileño, Jair Bolsonaro, pues no pone un orden real ni control para evitar incendios y talas. En meses atrás dio al ejercito total potestad de la zona, con la consigna de frenar estos desastres y lo único que pasó fue un incremento de tala, más comercio ilegal de la industria maderable, especies exóticas y propiciar mayores contagios por coronavirus en las tribus nativas.

La protesta internacional proviene de activistas, ambientalistas e incluso importantes bancos como lo es JP Morgan, institución que también tiene intereses en nuestro país, en la isla de Holbox, más que ambientales son de negocios. Dejando de lado esto, el reclamo e indignación es real, el gobierno de Bolsonaro dejará huella en los almanaques de la historia, al igual que el de Obrador y la destrucción de los pulmones nacionales y todo el ecocidio que realiza con su Tren Maya.

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