Comienza la decadencia del paraíso – Holbox

Qintana Roo es el estado que aporta a vuestro país más del 50% del PIB turístico. La isla Holbox, fue considerada por mucho tiempo como la joya de la corona de este estado, pues con sus aguas cristalinas, la gran biodiversidad de flora y fauna que tiene, atrae a más de 10,000 turistas en fines de semana, a diario son hasta 2,500 visitantes.

Buenos números, podría considerarse un éxito en referentes monetarios, pero en tema de impacto ambiental en la isla, es de lo más perjudicial que le ha pasado a este paraíso del golfo y el caribe.

Esta vez la crecida de mar subió hasta lugares que nunca había llegado. Es por eso que estamos en shock, porque está pasando esto. Ya nos habían advertido que esto iba a pasar, pero a largo plazo, pero ya es un presente que tenemos.”

Alicia Campos

En el 2010 el INEGI registró en la isla in poco más de mil cuatrocientos habitantes, al día de hoy se estima que hay más de 8 mil personas. En el 2016 operaban 80 complejos hoteleros en la zona de Isla Chica, al día de hoy son 140 hoteles, turistas y habitantes conviviendo en un espacio de 4.5 kilómetros de largo por 1.5 kilómetros de ancho.

Toda esta afluencia de gente, temporales y permanentes ha traído toneladas de basura, tala clandestina de manglares, construcciones con fines turísticos y habitacionales sin permisos, el destino alcanzó a la isla de Holbox.

Sus habitantes e integrantes del Consejo de Desarrollo de Holbox, ven con impotencia cómo las advertencias de científicos y expertos ambientales se hacen realidad al día de hoy: contaban con que el terrible panorama de destrucción de la isla llegaría en años, pues no.

En estas últimas semanas de lluvias y tormentas, se ha hecho muy evidente que la isla se encuentra en sobre capacidad, sus calles se han inundado de aguas pluviales y de aguas negras, propiciando enfermedades para la población. No se cuenta con un servicio de drenaje y saneamiento efectivo.

Jorge Herrera Silveira, investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) Unidad Mérida, hace un llamado a las autoridades estatales y en materia ambiental, pues en la isla no hay ley que valga, para que frenen el asentamiento humano y de ser posible se realice una planeación urbana, que cesen las ventas ejidales a grandes empresas que una vez teniendo las tierras en su poder, construyen con permisos hechizos en los que no se corroboró ni presentó la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).

Las inundaciones actuales y previas, también se han ocasionado debido a la reducción del nivel del suelo, consecuencia de la compactación por pérdida de manglares y vegetación de duna, una de las observaciones del investigador.

La isla está dentro de la reserva natural de Yum Balam, en total cuenta con 154 mil hectáreas, que administra y protege la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp). Con los recortes del Gobierno Federal a esta entidad y a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la vigilancia y preservación del área se han disminuido, pues sus recursos no permiten un alcance mayor lo que deja la puerta abierta a los cazadores furtivos y pescadores realizando maniobras en tiempo de veda.

Cazan tortugas hembras que llegan a desovar, las destazan y venden la carne a plena luz del día sin que nadie les diga nada. La cacerolita de mar la están usando para cazar pulpos, los restaurantes descaradamente venden productos en temporadas de veda. Hay impunidad total. expuso Gisela Maldonado Saldaña, bióloga y activista ambiental.

Varias voces se unen a pedir acciones urgentes al gobierno de Quintana Roo: Denisse De Kalafe, representante de SOS Holbox, el actor Luis Gerardo Méndez, la comunidad científica y la ciudadanía mexicana y principalmente de la isla de Holbox, pedimos se tomen en cuenta estos problemas ambientales, a principios de año se envió una carta a Secretaría de Gobernación pidiendo su intervención en el estado y no se ha tenido respuesta alguna plausible.

A quien compete poner un orden es por supuesto al gobierno del estado de Quintana Roo y a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), y es alarmante y urgente que pongan ya manos a la obra, pues un estudio del Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas (Ciatec), del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), informa del deficiente tratamiento de las aguas residuales, pues estas, van a parar directamente al abasto de agua potable para la población de Holbox.

La Norma Oficial Mexicana 001-Semarnat-1996, señala que es permisible 150 miligramos por litro de demanda química de oxígeno, las aguas que salen procesadas de la planta de tratamiento, contienen 301,7 miligramos por litro.

La parte virgen de la isla que se mantenía así hasta hace 20 años, gracias a que eran tierras de ejidatarios, fueron compradas por ambiciosos empresarios yucatecos gracias a regalos y palabras huecas.

El destino comenzó a popularizarse, llegaron más empresarios a comprar en Isla chica también, la zona poblada e imperó la ingobernabilidad de la isla. Inclusive, hay un fideicomiso desde el 2015 en donde participa JP Morgan como fiduciario de tierras, con cambio de uso de suelo de tierras de uso común o ejidos, a tierras parceladas con posible comercialización.

El fiduciario vendió años más tarde las tierras a la empresa Península Maya Developments, propiedad de Fernando Francisco Javier Ponce García, con quien hay un conflicto legal de hace más de 15 años en la isla. El empresario pagó a los ejidatarios 2,8 millones de pesos a cada ejidatario, cuando el valor real alcanza hasta 2,5 millones de dólares.

Conflictos e intereses humanos van y vienen dentro de la pequeña isla, como siempre, los que menos importan son los pobladores, flora y fauna.

Gisela Maldonado Saldaña y Jorge Herrera Silveira, quienes fueron consultados por separado, coinciden en que la única solución para terminar con la extinción de la isla es dejar de crecer, poblacional y turísticamente: Yo creo que tendríamos que imponernos una moratoria, hacer una revisión de los que ya están operando para que al menos se traten de ajustar al marco legal.

Hay construcciones que están violando alturas, otros no tienen los documentos legales que requieren para estar donde están. En el mejor de los casos efectuar demoliciones y hacer efectivas las multas y aplicar el marco legal que tanto presumimos que tenemos. Concluye Maldonado Saldaña.

Sólo los holboxeños tanto autóctonos como naturalizados y que realmente quieran a su isla, podrán hacer el cambio. Ellos cuentan con el apoyo de la comunidad científica. Finalizó el catedrático del Politécnico de Mérida.

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