El temor de la oposición: AMLO volvería a ganar la presidencia en 2020

A pesar de la pandemia y la crisis económica que se vive derivada de el mismo malestar, la percepción que tienen los ciudadanos del presidente Andrés Manuel López Obrador no ha sido afectada de forma radical como en el caso de gobiernos anteriores.

Si el proceso electoral volviese a llevarse a cabo este año, el presidente en turno volvería a ocupar la titularidad, que a diferencia del 2018, ahora ganaría con 6 puntos por arriba de los votos que recibió en aquel año. Aparentemente la preferencia subiría al 59%.

Esto debido a que una empresa de análisis estadístico hizo un ejercicio de la preferencia electoral a 2 años de haberse celebrado el triunfo de Andrés Manuel y la encuesta de Parametría arrojó que el 50% de los participantes votó por AMLO, 17% por Ricardo Anaya, entonces candidato de la coalición PAN-PRD-MC, y 14% por José Antonio Meade, de la coalición PRI-PVEM.
Con este dato, la entidad responsable del estudio puede validar si el entrevistado está dispuesto a reconocer que realizó un voto por quien dice que lo hizo.

Más aún si se repitiera la elección el presidente obtendría 6 puntos más de su votación de 2018. Es decir, su preferencia llegaría al 59 por ciento”, señala el informe.

Esta medición es relevante porque podría ser un indicador de qué pasaría si hubiera una consulta sobre (la revocación de) mandato del presidente. Sin embargo, para la elección intermedia del año entrante no estará en la boleta de manera formal, aunque sí en la mente de los electores

El próximo 6 de junio de 2021 se renovará toda la Cámara de Diputados, 30 congresos locales, 15 gubernaturas y 1,926 presidencias municipales en 30 estados. El proceso electoral contempla en su lista nominal la participación de 95 millones de votantes.

Las elecciones intermedias son procesos locales por definición. A diferencia de 2018, en el 2021 no habrá una figura única que arrastre las otras elecciones. En este sentido, las votaciones por los 15 ejecutivos estatales podrían influir en la conformación de la Cámara baja y de los 30 Congresos locales.

Incluso es muy probable que influyan en los resultados de las presidencias municipales, cerca de 2,000 en contienda, en los estados donde habrá elección de gobernadores”, refiere Parametría.

Aunque la percepción haya disminuido en 20 puntos las circunstancias de una nueva elección arroja harían una lealtad de su electorado hasta esta época. Por este motivo la mayoría de los círculos de la oposición han visto el peligro inminente que representa que Andrés Manuel mantuviese ese nivel de votación para las elecciones intermedias.

Por eso se han acentuado los ataques al Gobierno Federal en varias vertientes, especialmente en el tema político. Se ha tratado de golpear al gobierno a través de la imagen pública que representa creando movimientos de oposición artificiales como FRENAAA que en comparación a los seguidores y votantes del 2018 los primeros quedan en una cantidad reducida de asientos, casi miles, y los segundos son cerca de 30 millones de votantes.

El propósito también está en inferir en los medios internacionales para disminuir la figura del gobierno y crear una especie de efecto Hugo Chávez en AMLO. Pareciera que las elecciones que se avecinan en Estados Unidos tienen como objetivo en los medios norteamericanos dar una mala imagen del gobierno de México, puesto que no se desconocen las alianzas entre el Partido Demócrata y el Partido Acción Nacional en México. Indudablemente ese enroque ni siquiera tiene como fin la elección del 2021 en México, sino el impacto mediático en inglés en el electorado latino en Estados Unidos.

Resulta importante también la relación política que tienen ciertos grupos feministas que están en contra del gobierno de López Obrador, ya que eso a la luz pública, es una especie de regresión histórica y coloca al gobierno en una circunstancia muy parecida a la época que se vivió en el sexenio de Felipe Calderón. A pesar de que este gobierno ha tenido el registro más alto de paridad entre los miembros de su gabinete y especialmente en la Secretaría de Gobernación opera una mujer en el caso de Olga Sánchez Cordero.

El propósito no es resaltar las virtudes de los gobiernos anteriores sino envilecer los actos del gobierno actual para ubicarlo en el peor sexenio que pudo haber existido entre los años de 2006-2012.

Chavizar” al Gobierno Federal no sólo lograría la atención de los medios de Estados Unidos también facultar a los medios convencionales de comunicación a operar políticamente en favor de la oposición para restablecer lo que ellos consideran el equilibrio de fuerzas en el Gobierno Federal.

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