Nadie se va a llevar el avión a casa, el show de la 4T

La salud, el equipo médico y los recursos son una burla para el ejecutivo, pues se ponen en una urna para disponer de ellos al azar, adoptada como de política de salud que desvela la seriedad gubernamental.

Compatriotas, si han pensado que pronto algún mexicano tendría en su garaje a disposición el avión presidencial estamos muy equivocados, pues la aeronave Boeing 787-8, que fue el símbolo de la rifa del día de ayer, no será entregado a ninguno de los que compraron un cachito de lotería. Simplemente fue el símbolo por el que optó el presidente para seguir acusando las políticas derrochistas de sus predecesores.

Somos una burla para la el mundo, pues la rifa es una política de seguridad social y de salud. Dejamos que se ponga en estos momentos un tema, sumamente delicado y crítico, dentro de una rifa. Diferentes especialistas de opinión, económicos, sociales de México y globales, han hablado sobre la acción de realizar este sorteo, pues desde un inicio, y como la mayoría de los proyectos obradorista, no ha tenido un esquema y una estructura clara, con entendimiento total de cuál es el objetivo y su proceder.

¿Por qué seguir con una rifa del famoso avión millonario, es decir el show? No se han analizado cabalmente las opciones de propuesta que han llegado al ejecutivo para comprarlo, incluso, en una de ellas parte de la paga sería con equipo médico. Pues bien, la nave costó 218 millones de dólares a la compra en el 2012 por Felipe Calderón, quien no lo utilizó ni recibió, sería hasta el mandato de Enrique Peña Nieto que llegaría al país el lujoso avión. Han pasado ya 8 años de la compra, es imposible que alguien iguale el costo, empezando por la depreciación del equipo.

En febrero, Andrés Manuel López especificó que se daría un premio que se pudiera disfrutar y no un problema, como lo sería para cualquier mexicano promedio tener un avión fuera de casa, así que en lugar de ello se rifarían premios que asemejaran el valor de la aeronave. Pasado un mes del anuncio, entre más polémicas de la rifa como el lanzamiento de la venta de boletos el día 8 de marzo, que conmemoró el día de la mujer y la marcha histórica feminista y la cena con empresarios para venderles cachitos o una simbólica cantidad de aportación de 20 millones de pesos aproximados, es cuando se le dio el giro al sector salud, pues el coronavirus comenzó a llegar a nuestra nación.

Con un muy bajo ritmo de ventas de cachitos, el gobierno comenzó a hacer compras de millones de billetes para repartir en centros médicos con la condición de que el dinero ganado se invirtiera en mejorar sus condiciones. Es decir, las instituciones con cachitos de lotería cruzaron los dedos para que les tocase un apoyo que por ley le corresponde.

Duncan Wood, director del Institute Wilson Center en México, cataloga la rifa como un show total. BBC mundo dice: “La idea de sacar beneficios para el sistema de salud mexicano no es mala, el problema es que el gobierno debería poner los recursos financieros sin necesidad de una rifa”.

Ante estas acusaciones y otras tantas, el presidente López Obrador defendió hoy nuevamente su sistema de entrega de recursos: “Todo ese dinero, repito, va a ser para la compra de equipos médicos. Se va a ser una licitación pública de cómo se va a utilizar el dinero y se va a transparentar a dónde van a estar estos equipos, a qué hospitales van dar. Va a quedar un inventario para que la gente sepa dónde quedó su aportación. Este informe ya está prometido para las siguientes semanas. Sin embargo, el presidente no entendió que la salud pública no debe de estar a disposición de juegos de azar, lo manejó como apoyo de mexicanos para mexicanos, pero también intervino en su gran mayoría el erario federal.

Andrés Manuel López Obrador utilizó el avión, más que como premio real, como una forma de evidenciar a los gobiernos anteriores, los lujos con los que se movían y su proceder. Ese fue siempre su discurso desde la contienda electoral. Luis Rubio, presidente de Think-tank, México opinó: Todo esto del sorteo es un engaño, una manera de distraer la atención del público“. Wood, en su momento, remató: “la verdad hace parecer a México como un país que no es serio, con un gobierno que no es serio y que no atiende sus problemas reales“. Si escuchamos la palabra público como un adjetivo para la sociedad mexicana, se entiende que somos parte de la asistencia a un espectáculo, una presentación, un show, eso somos.

Hasta agosto solamente se había vendido una tercera parte de la planilla total, el gobierno entonces, por medio del INSABI, realizó la compra de 1 millón de boletos, la sexta parte del total de lo cachitos de lotería y se repartieron entre hospitales. ¿No hubiese sido mejor que se entregará directamente los recursos a los hospitales? Pues no, hay un costo de procesamiento que cobra la Lotería Nacional que tenía que ser recuperado.

El 11 de septiembre la venta de boletos llegó al 69.65% de los boletos. En el primer cuadro de la ciudad de México sólo se veían en los expendios de lotería cachitos para la rifa del avión y, en algunos, filas de gente que quería adquirir a $500 pesos su boleto. Con esto, el presidente pudo celebrar el cumplimiento de la meta de recursos necesarios y pagar los premios, y por supuesto, los gastos implicados.

Así que, esperaremos la rendición de cuentas del ejecutivo y quedamos como al principio, con un avión invendible o, por lo menos, sin una propuesta que se asemeje a su costo, después de un circo innecesario que se usó evidenciando un derroche. Pero el circo, se convirtió en un derroche de recursos económicos, propagandísticos, de tiempo y queriéndole tapar el ojo al macho, nacional al público mexicano, con acciones que si bien no hubieran sucedido, pasan desapercibidas.

Aunque sí, se queda en prenda la generosidad mexicana, un tercio de participación de esta rifa que, a final de cuentas, sigue saliendo del bolsillo del pueblo mexicano, pues nuestros impuestos son los que pagan el funcionamiento gubernamental, entidad que debería designarlos en tiempo y forma a las instituciones y sectores que los necesiten, sin tanto rollo de una rifa.

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