La agricultura le roba agua al planeta

¿Cómo es esto posible? Un estudio reciente afirma que la obtención del agua en muchas partes del mundo se da manera ilegal.

Suena descabellada esta idea, pero entre el 30 y el 50% del agua destinada a este rubro es robada o no se obtiene con todos los derechos legales. Adam Loch, experto en el tema del agua y la agricultura de la Universidad de Adelaide (Australia), explica que las empresas roban o desvían el agua para sus intereses.

Otro experto, Richard Connor, responsable del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos, indica que lo peor es que esta agua se destina a la sobreproducción de comida. Esto hace injusta la desproporción en el uso del agua, porque mientras más de un tercio de la población no tiene acceso al agua potable, un número considerable la desperdicia.

La ONU considera legislar contra el uso desproporcionado del agua en los rubros de agricultura y minería, puesto que casi 3 mil millones de personas no tienen acceso a redes de distribución. Loch habla de una multitud de vacíos jurídicos en torno a la expropiación del agua, pero sí puede hablar del robo de ésta debido a que “existen actores dentro de este modelo de explotación que esquivan procedimientos legales a tal escala que casi el 50% del recurso se puede considerar sustraído”.

Muchas veces esta extracción se realiza sin existir derecho legítimo, indica el experto en el ensayo “Gran robo de agua”, publicado en conjunto con un equipo de investigadores y expertos en la revista científica Nature. En este también se señala que los períodos de sequía juegan un papel muy importante. Los estados y gobiernos no están al tanto de este problema y están de por medio las ganancias de unos cuantos a costa del bien de millones.

Richard Connor entiende que, si bien hay un robo de agua, también hay una pérdida sustancial del recurso. Todo el problema de esto son las lagunas al respecto de la legislación del uso y propiedad de este recurso “tratar de establecer quién es el dueño del agua sería tan vacuo como buscar al dueño de la electricidad” concluye el experto.

Sin duda alguna, sea robo, expropiación controlada o consentida, esto afecta directamente a las poblaciones. Connor revela que: «Sólo el 10% del agua va para uso doméstico y la inmensa mayoría que va a la agricultura genera poco valor agregado para los Productos Internos Brutos de los países».

Esto debería ser atendido como un negocio, puesto que “aunque no haya productividad económica en el uso doméstico, sí hay beneficios sociales y repercutirá en menores costos futuros para los sistemas de salud“, afirma.

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