La institucionalización de la 4T

El proyecto del presidente López Obrador es de largo plazo e implica cambios importantes en la vida democrática y en el modelo de desarrollo del país.

Los cambios se impulsan basados en la legalidad y en las atribuciones de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. La institucionalización de las reformas del presidente y en general la consolidación de un nuevo sistema político plural, con reglas que garanticen transparencia y la separación del dinero de la política, requieren de un partido político ordenado, con una agenda coherente, que básicamente sea un factor que contribuya a la gobernabilidad del país y acompañe al presidente.

Por lo anterior, era indispensable preservar la integridad e independencia del proceso de designación de los nuevos consejeros de INE y no caer en la tentación de volver, como en el pasado a mantener el sistema de cuotas partidistas. Fue una práctica en la que no se incurrió.

Eso es lo que conviene al gobierno al país. No son tiempos ni de protagonismos, ni revanchas, ni de reivindicaciones o agendas personales. Lo importante es acompañar y hacer realidad las políticas públicas que van a garantizar programas sociales de gran magnitud, que van a revertir las condiciones de pobreza de millones de mexicanos.

Tenemos un presidente que goza de gran legitimidad. Eso tiene que ser aprovechado para impulsar cambios profundos en favor de la gente o en iniciativas que contribuyan a construir un país mejor, no desperdiciarlo en bravatas para ganar la atención.

El gobierno de López Obrador, lo mismo impulsa cambios profundos en sectores como el energético, que pacta reformas, como la de las Afores, que corrige varios de los problemas del sistema puesto en marcha en los 90s, sin modificarlo en lo substancial. Por el momento, no se busca implementar nuevos impuestos, necesario en el mediano plazo en temas como herencia, renta, patrimonio e impuestos especiales. Pero en la actual coyuntura la política tributaria se limita a mejorar la fiscalización y pactar con las empresas el pago de impuestos que litigan.  

Eso es necesario para dar viabilidad a las políticas del gobierno y estabilidad económica al país. Por ejemplo, en temas como el del herbicida llamado Glifosato no es posible prohibir su importación hasta que no exista un producto alternativo. De otra manera se pone en riesgo la seguridad alimentaria del país, entonces su salida del mercado se ha establecido como gradual. Todo gobierno eficaz tiene que realizar una valoración entre los temas a impulsar y los que tienen que madurar hasta que se encuentre una alternativa viable.

Como parte de esa estrategia, y en cumplimiento a la legalidad y al respeto a la pluralidad democrática del país, ha sido importante cumplir la ley y respetar los acuerdos fundacionales de la actual legislatura. Morena no requiere de presidir la mesa directiva de los diputados para impulsar su agenda. Cuenta con mayoría, pero sí sirve como una señal clara del respeto a los otros actores políticos y de la voluntad de dialogo. Así se ha conducido el presidente, por ejemplo, con los responsables del poder ejecutivo de las entidades que provienen de otras fuerzas políticas.

El objetivo debe ser construir un país más justo y democrático. Eso tiene que ver con acompañar políticas redistributivas como las que implementa el actual gobierno y también con mejorar y fortalecer las instituciones electorales y legislativas del país. No tomarlas por asalto. El objetivo es construir un mejor sistema político, honesto, transparente, justo, que rinda resultados ante la gente.

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