Costa Rica está cerrando escuelas
¿Esto qué dice del sistema educativo de Costa Rica, el mejor en Centroamérica, y qué le puede enseñar al resto?
Cada año alrededor de 10 escuelas de educación primaria han cerrado a lo largo de la década. No es por falta de presupuesto, ni profesores, ni lugar, sino por falta de alumnos.
Pese a que el presupuesto del Ministerio de Educación Pública (MEP) de Costa Rica se duplicó y actualmente equivale al 7,4% del PIB, el más alto entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), o sea: “el club de los países más desarrollados del mundo”, las cifras de natalidad son desproporcionales.
El índice de natalidad ha ido en detrimento, tanto que este año hay matriculados 21,288 niños menos que en 2010 y casi 70,000 menos que en el primer año del siglo. El diario Tico, La Nación, informó que esta tendencia obligó a 92 escuelas públicas a cerrar entre 2010 y 2019, además se prevén cerrar 4 más este año.
30 escuelas tienen un estudiante y 616 escuelas tienen menos de 10 alumnos, haciendo valer las palabras de Guiselle Cruz, la ministra de Educación de Costa Rica. Lo anterior, aunque lamenta que cada vez hay menos niños en Costa Rica. La mayoría de escuelas cerradas o con pocos alumnos están en zonas rurales. Esta situación contrasta con los demás países centroamericanos, donde lo que falta son colegios.
Daniel Cerdas, del diario La Nación, indica que hay “escuelas en cada rincón del país, pero la población no está haciendo niños para mandarlos a estudiar”. Cerdas también indica que la calidad de la educación no es igual para todos. Esto se liga con el informe de Katherine Barquero, investigadora principal del capítulo sobre primaria del más reciente Informe del Estado de la educación (IEE).
Las escuelas “unidocentes” -multigrado aquí en México- donde un solo profesor imparte a todos los grados todas las materias, pululan en el país, 3 de cada 10 primarias costarricenses. Esto ha permitido “tener una tasa de escolaridad muy alta, estamos muy orgullosos”, indica Barquero, “pero la calidad no es la misma que los centros escolares donde hay más alumnos y maestros”, lamenta.
En Costa Rica la tasa neta de escolaridad es de 97%, siendo uno de los líderes educativos sólo por detrás de Uruguay y Cuba, pero muy delante de vecinos como Honduras (80%), El Salvador (81%) y Guatemala (87%). Con todo, aún no aplica para el promedio de los países de la OCDE en las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA por sus siglas en inglés).
Ahora bien, la extensión del programa educativo es amplia, pero eso no garantiza que sea de calidad. La consecuencia de esto responde a tres factores, según Barquero: «un problema de eficiencia interna del sistema, expresado en más estudiantes repitiendo grado, un reciente cambio en la metodología de cálculo empleada por el MEP, o como efecto de la transición demográfica». También considera lo obsoleta que es la estructura de escuelas en Costa Rica.
La Ministra Cruz asegura que el Gobierno tiene avanzado un plan donde agrupará a muchas escuelas pequeñas en centros más grandes para ofrecer mejores condiciones a los alumnos. Este plan cuenta con mejoras de sueldos, servicio de transporte, becas y mejores instalaciones. Además, invertirán en un fuerte sistema para aprender un segundo idioma, ofrecer conectividad y tecnología, pues ahora es una limitante.
Ahora van identificadas más de 500 escuelas que pueden reagruparse. Antes del mandato del Presidente Carlos Alvarado pretenden terminar con las consultas y negociaciones con pobladores y síndicos.
La ministra explica que «Tenemos que avanzar con cuidado, porque muchas de nuestras escuelas, por no decirte que la mayoría, han sido una obra de amor de la comunidad y son muy importantes para ellas». La ministra propuso la contratación de maestros, pues “la reducción de grupos y la atención individualizada hacen la diferencia”.
Esto permitirá ampliar el currículo académico, que hasta ahora está incompleto. Otro problema a resuelve es la formación e incorporación de docentes, harán una reforma al sistema de actualización de perfiles de contratación y la institucionalización de una prueba de idoneidad para dar clases.
Todo esto permite, más que mostrar problemas, dejar ver un gobierno que en verdad está preocupado por la educación de sus ciudadanos, destinando un buen presupuesto para ello y haciendo todo lo necesario para mejorar y garantizar educación a todos los ciudadanos.