El pacto federal, ¿fin o destino?

El pacto federal en México se conforma una vez que se independiza del reino de España y se comienza a discutir qué país requerimos. Es así como en 1824 se configura la federación con el objetivo de coordinar y representar a cada uno de los estados en ese entonces[1].
En esa época, por un lado, Ramos Arizpe apostaba por un sistema federalista, mientras que Fray Servando Teresa de Mier se inclinaba por un sistema centralista, ya que consideraba que la federación era nociva porque tendía a la desunión y “multiplicaba los obstáculos para hacer cooperar pronta y simultáneamente los recursos de la nación”[2].
Durante el siglo XIX se discutió muchas veces si nos constituíamos como centralistas o federalistas, hasta que en la Constitución de 1917 finalmente se adoptó el sistema federal.

A través de 103 años de existencia de nuestra Carta Magna, con más de 740 modificaciones al texto original; así como con diversos sucesos políticos, sociales, económicos y culturales durante este tiempo; se ha planteado hacia donde debe conducirse el pacto federal.
A últimas fechas se ha retomado la discusión del replanteamiento del sistema federal debido, principalmente, a las consecuencias que ha contraído la pandemia del COVID-19, fundamentalmente en materia económica.
Hace unos días, diez estados de la denominada Alianza Federalista, Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León y Tamaulipas, anunciaron que están analizando su salida de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO), con la finalidad de buscar un nuevo federalismo “cooperativo y responsable”. Dichos estados son lo que más aportan al Producto Interno Bruto (PIB) del país.

Por lo que, desde mi perspectiva, el pacto federal se debe replantear desde las siguientes ópticas para impulsar un mejor desarrollo a nuestro país:
- Fiscal, reconsiderar las participaciones estatales y municipales que el Estado les otorga, de manera equitativa y justa para mejorar las condiciones económicas en aquellas entidades donde se tenga mayor rezago.
- Estado de Derecho, con el objetivo de armonizar diversas normas que en algunas veces se contradicen o son omisas con respecto a la ley federal o respecto de un estado con otro.
- Educativa, diagnosticar con base en los resultados de analfabetismo y desarrollo escolar, las fallas del sistema educativo para replantear el papel de los tres órdenes de gobierno.
- Alinear la planeación nacional del desarrollo para los tres órdenes de gobierno, esto de igual manera se lograría con la homologación total de los calendarios electorales y, por ende, la entrada en funciones de los gobiernos.
Falta mucho por hacer y sin duda la voluntad política es la más importante. Pensemos en un proyecto que beneficie a nuestro País, no a intereses personales.
[1] Se organizó el país para 1824 en 19 estados y 4 territorios
[2] IV. La Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824. Tomado de: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/7/3370/3.pdf