El juego sucio de las vacunas

Rusia ha tomado atajos en su vacuna, a ultranza de dejar en claro que puede más y hace más.

Tras el registro de la vacuna Sputnik-V el 11 de agosto, el mundo no tardó en entender el mensaje ruso: ellos no sólo ganaron la carrera espacial, sino quisieron reafirmar su supremacía conquistando la ciencia médica.

Los críticos argumentan que no se trata de ampliar las fronteras de la ciencia médica, sino están forzando los límites. Este escepticismo recuerda que todo el problema de la vacuna parte de un sentido nacionalista y por demostrar al mundo quién puede más.

Lawrence Gostin, profesor de leyes de salud global de la Universidad de Georgetown, de Estados Unidos, escribe: “Nunca he visto intereses políticos tan intensos en un producto médico“.

Hacia adelante y hacia atrás

El registro ruso trajo más temores que esperanza. El primero y más importante: que se estén simplificando los métodos normales de desarrollo en una vacuna, que usualmente toma años.

La jefa de investigación de la vacuna Sputnik V, Elena Smolyarchuk, anunció que los resultados mostraron que la vacuna es efectiva. Pero, en julio, algunos países acusaron a las agencias de espionaje rusas de hackeo directo a las investigaciones de vacunas con el fin de robar la información, más que hacer daño. El Kremlin lo negó todo.

Lo que sí está en boca de muchos expertos es que probablemente “se han acortado los procesos, que normalmente son lentos y minuciosos“, dice Thomas Bollyky, director del programa de salud global del Council on Foreign Relations, un centro de estudios estadounidense. También indica “el desarrollo de una vacuna es fácil, lo difícil es probar que sea segura y efectiva“.

Hasta ahora, todas las críticas y dudas que se han hecho sobre Rusia fueron tomadas como “envidia“. Moscú considera que “ellos están preocupados por loque nosotros ya solucionamos“.

También existe una fuerte crítica por el manejo médico en Rusia y China, ya que ambos gobiernos han emitido un documento en el que probarán la vacuna en sus fuerzas armadas. Ellos no tienen posición alguna de decidir si quieren o no.

Básicamente, el juego aquí es político y no de salud, un modelo “queda bien” en lugar de dejar bien. El hecho de que Rusia haya sentado precedente para un mal manejo del desarrollo de su vacuna pone en tela de juicio muchos otros métodos. Decir que “hay vacuna” no garantizará mucho y podríamos tener más problemas que antes, además sería ahora el problema con las vacunas.

Esto, ya que si hay vacuna, habrá exceso de confianza y aumentarán los contagios y si hay vacuna pero trae efectos secundarios, aumentarán los reclamos de los antivacunas. Lo anterior, contando también un creciente nacionalismo de las vacunas.

Sin duda, el mayor y más notable efecto que tendrá la vacuna en los países será económico. Mientras unos se endeudan para abastecerse de vacunas, otros llenan sus alcancías con la venta de estas. Sin embargo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director de la OMS, llamó a los países ricos para un programa global que asegurará las vacunas para todos.

Algunos sociólogos de renombre han considerado que “las rivalidades por el desarrollo y abastecimiento de vacunas comenzará y no saben dónde parará“.

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