Satélites de Musk y la realidad 5G

Parte de los proyectos en la carrera comercial espacial del gigante Space X es la colocación de cientos de satélites para mejorar el internet en todo el planeta.

El 18 de agosto Space X, con su división Starlink, lanzó al espacio 58 satélites para unirse a la flota de 600 que ya orbitan alrededor de nuestro planeta. Esto con la finalidad pública de mejorar la calidad y la velocidad del internet de todos los usuarios, ampliar la red de la ya sonada 5G.

No es el único que está apostando por este nuevo comercio, el magnate Jeff Bezos, fundador de Amazon y poseedor de la compañía espacial Blue Origin, ha sido autorizado por la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos a lanzar un total de 3,236 satélites proyectados para el 2029. Se espera que por lo menos con 500 que estén ya en órbita para el 2026 podrán ofrecer guerra en el ofrecimiento de internet de banda ancha.

Todo esto como parte de proyecto Kuiper. Se espera que para el mismo 2029 haya un total de 57,000 satélites de las diferentes compañías espaciales. Paremos un momento aquí. ¿Quién autorizó a Estados Unidos a ser quienes den concesiones referentes al espacio exterior? Actualmente el derecho espacial se encuentra regulado por la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior. La Ley del espacio dice: las naciones o países se reservan el derecho de crear leyes y utilizar los mecanismos coercitivos para que se cumplan dentro de sus límites territoriales y se entiende que el espacio exterior y los cuerpos más allá de nuestro planeta son propiedad conjunta de toda la humanidad.

Es decir, que a quienes les han bajado la luna y las estrellas, lo siento, no es legal, deben devolverlas. El caso es que, atendiendo a la Ley del espacio, Estados Unidos puede hacer y deshacer en el espacio exterior correspondiente a su territorio. Sin embargo, los satélites de Musk e inclusive, los que otros países han lanzado con ayuda de esta nación, orbitan toda la circunferencia espacial terrestre en pro de las comunicaciones y del avance tecnológico todo sea y es como siempre. Pero tanta máquina alrededor de nosotros ¿no nos afecta?

Comencemos con la interferencia que astrónomos y observadores del cielo han denunciado al respecto, como en el paso del cometa Neowise, la visión y fotografías estuvieron acompañadas por la señal visible de todos los satélites que hay arriba y no permitieron imágenes limpias del cometa, sus señales emiten líneas brillantes intermitentes. Algunos observadores no expertos, han confundido con ovnis los satélites, La compañía Space X, respondiendo ante la molestia, dijo que los satélites de recién lanzamiento serán visibles los primeros meses, con el paso del tiempo ya no se notarán, ¿será?

Ahora, estas señales y radiación que emiten y llegan a nuestros celulares, tabletas y computadoras sí tendrán implicaciones a la salud. Es por ello por lo que la tan últimamente mencionada red 5G ha causado descontento en expertos de la salud tradicional y alternativa. No es por teorías conspiratorias que envían a través de mensajes de audio de WhatsApp o medios alarmistas que dieron auge a la irracional teoría de que los médicos estaban quitando el líquido sinovial a pacientes que llegaban sanos al nosocomio, para venderlo en el mercado negro, no, no, nada que ver.

Se mantiene el ocultismo y reservas ante la red 5G, por que como podemos ver es un gran y millonario negocio, pero en sí, varios expertos afirman que la red emite ondas de radio, parte del espectro electromagnético. Es decir, radiación electromagnética que es emitida también por radio, televisión y hasta el mismo sol. La diferencia es que el 5G produce frecuencias muchas más altas que interfieren con el ciclo del sueño, inhibición en el proceso de regeneración neuronal y hasta algunos tipos de cánceres.

En el 2018, un estudio publicado por el Departamento de Salud de Estados Unidos, donde a ratas macho expuestas a dosis de radiación de radio similar a la de las 5G arrojó que estas desarrollaron un tipo de tumor canceroso en el corazón. La exposición de las ratas es similar a la que tenemos nosotros, ya que para que esta tecnología funcione ha sido necesaria la instalación de más torres que capten esta señal de radio. Esta señal en las grandes ciudades rebota en los edificios y, por lo tanto, nos expone de una forma similar. Sin embargo, este cáncer está catalogado en el mismo riesgo que la exposición al sol, algunos vegetales y hasta usar talco.

David Robert Grimes, físico e investigador de cáncer, encontró que las ondas de radio utilizadas en redes de telefonía celular son no ionizantes, es decir, carecen de la potencia como para hacer alguna modificación en el ADN o daños celulares. Claro está que existen riesgos a la salud por una exposición prolongada a estas ondas de radio. Es por ello que se recomienda dormir con los celulares y aparatos eléctricos fuera de la alcoba para permitir que el proceso de regeneración celular que es realizado cada noche se complete satisfactoriamente.

De cualquier forma, un grupo de científicos y médicos escribieron en el 2019 a la Unión Europea para que el lanzamiento de la red fuese detenido hasta no conocer en su totalidad los riesgos a la salud, lo cual está muy lejos de realizarse plenamente. A los gobiernos les urge la inyección de capital en el sector de las comunicaciones.

¿A quién si afecta realmente y comprobado estas ondas? Al planeta entero, es decir, a todos, por el calentamiento global. Las ondas generan calor en los objetos que atraviesan, o sea nuestro planeta, se está calentando más y más, día con día al ser la receptora de las ondas de radio. Aunque, también hay controversia al respecto, científicos como el profesor Rodney Croft de la Comisión Internacional de Protección contra la Radiación No Ionizante declaran que: el máximo nivel de frecuencia de radio al que alguien en la comunidad puede exponerse al 5G es tan pequeño que hasta ahora no se ha observado aumento en la temperatura.

En resumen, todo en exceso hace daño, la exposición prolongada a las ondas de radio del 5G nos afectará de acuerdo a la duración que le demos de forma personal. A nivel planetario y conspiranoide, no dudo que haya secuelas. La emisión de las ondas son pequeñas según el doctor Croft, pero es constante. No han dejado de emitirse, día y noche, sin cesar en todo el globo, estamos friendo a nuestro planeta. Más temprano que tarde, veremos ya las consecuencias finales de esta súper red. Por ahora ya va una, arruinan la admiración del cielo nocturo.

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