La familia de Navalny desconfía de los médicos, que dicen no hallar rastros de veneno

Después de que ayer se anunciara que el líder de la oposición rusa, Alexei Navalny, cayó en coma y tuvo que ser conectado a un respirador en una unidad de cuidados intensivos con un cuadro de envenenamiento. El día de hoy los médicos niegan la existencia de veneno en el paciente.

Navalny viajaba de Siberia a Moscú en un avión que tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en la ciudad rusa de Omsk cuando el líder opositor empezó a sentirse enfermo, explicó la vocera Kira Yarmysh. “Está en coma en estado grave”, escribió ayer en Twitter.

En declaraciones narraron que Navalny estaba sudando y que le pidió que le hablara para poder “concentrarse en el sonido de una voz”. Entonces fue al baño y perdió la consciencia. Hasta el momento se mantiene así.

Por su parte, Alexander Murakhovsky, médico jefe de un hospital, así como otros médicos que atienden al opositor ruso, aseguran que no encontraron indicios de envenenamiento en el paciente. Pero la familia de Alexei Navalny estima que sólo buscan ganar tiempo a que los restos de la toxina se diluya. Tampoco permiten el viaje al exterior del dirigente, afirmando que es peligroso por su inestabilidad. Esto, ya que la familia pretendía llevarlo a Alemania por la desconfianza que engendraron las declaraciones de los médicos.

Los médicos rusos se niegan ahora a que el opositor sea curado en Alemania.  “En la sangre y la orina de Alexei Navalny, no se encontraron rastros de veneno”, anunció el subdirector médico.

Una manifestante muestra un cartel con la frase "El veneno es el arma de una mujer, un cobarde y un eunuco" durante una muestra de apoyo al líder opositor ruso Alexei Navalny en el centro de San Petersburgo, Rusia, el 20 de agosto de 2020. (AP Foto/Elena Ignatyeva) Photo: Elena Ignatyeva, AP / Copyright 2020 The Associated Press. All rights reserved.
Foto por Elena Ignatyeva. “El veneno es el arma de una mujer, un cobarde y un eunuco” se lee en el cartel de una manifestante durante una muestra de apoyo al líder opositor ruso Alexei Navalny en el centro de San Petersburgo, Rusia, el 20 de agosto de 2020.

“Hasta ahora no se ha identificado ningún veneno en la sangre ni en la orina, no hay rastros de una presencia” de veneno, dijo Anatoli Kalinishenko, subdirector del hospital de urgencias n°1 de Omsk, donde el opositor fue internado.

“No creemos que haya sido víctima de un envenenamiento”, agregó el doctor, añadiendo que no podía, por ley, hacer público su diagnóstico, pero que sí había sido comunicado a su familia.

Los doctores siguen haciendo pruebas para hacer un diagnóstico de Navalny. El proceso requerirá, según sus estimaciones, dos días más.

La portavoz de Navalny ha criticado esta decisión: “Dos días es el tiempo se necesita para que la toxina desaparezca de su cuerpo sin dejar rastro”.

Los médicos consideran cinco posibles diagnósticos de trabajo, pero por alguna razón no los han detallado.

La esposa de Navalny, Yulia Navalnaya, ha declarado que no confía en el hospital donde está su esposo. Cree que los médicos mantienen al político en la clínica y sin dar permiso para transportarlo a Europa para recibir tratamiento, “para que desaparezca el elemento químico que está en el cuerpo de Alexei”.

El doctor Kalinishenko afirmó que el estado del paciente es “inestable” y no permite el traslado al extranjero, pese a la llegada a Omsk de un avión medicalizado desde Alemania, fletado por una ONG que espera llevar al líder opositor a Berlín.

Alexéi Navalny es uno de los críticos más firmes del Kremlin. Estaba viajando en un avión desde Tomsk a Moscú cuando se sintió muy mal y el aparato tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en Omsk.

El opositor fue internado en el hospital y está en coma, conectado a un respirador.

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