La Ciudad de México frente al COVID-19

Hoy se cumple la octava semana de semáforo naranja en que la Ciudad de México hace frente al COVID-19. Esto ha implicado la reapertura de negocios y actividades para impulsar la reactivación económica y volver a la “nueva normalidad”.

Hasta este momento, de acuerdo a reportes oficiales, llevamos más de 517 mil casos confirmados y más de 56 mil defunciones. Somos el tercer país del mundo en número de fallecidos por el COVID-19. Esto ¿qué significa? ¿No se ha hecho el trabajo adecuado? ¿No se ha administrado la pandemia? ¿La ciudadanía no ha participado? ¿La iniciativa privada no hace su parte?

Es muy fácil echar culpas, qué si somos un país con altos índices de obesidad, diabetes, hipertensión, que no se cumplen las medidas sanitarias, qué si se come comida chatarra, entre otras.

La Ciudad de México, según datos oficiales, tiene cerca de 86 mil casos confirmados y más de 9 mil fallecidos. Es decir, leemos los reportes diarios y vemos que las cifras diariamente crecen.

Medidas cuestionables

Conforme ha ido avanzando la propagación del virus, el gobierno de la Ciudad de México, desde mi perspectiva, no ha tomado las medidas acertadas.

  1. Desde hace ochos semanas tenemos semáforo naranja en la ciudad y vemos que los casos confirmados y fallecidos siguen aumentando.
  2. Se reaperturan las actividades en el Centro Histórico de una manera confusa y arbitraria para su acceso.
  3. Se llevan a cabo divisiones entre las alcaldías, permaneciendo en semáforo rojo aquellas colonias que cuentan con alto índice de contagio. Pero no se ha tenido un monitoreo para vigilar el cumplimiento de las medidas de este semáforo en esas colonias.
  4. Las actividades que han reaperturado como son: albercas, cines, restaurantes, bares y parques, son zonas de alto contagio, ¿cómo mitigan el contagio? ¿El gobierno de la Ciudad de México, cuenta con la capacidad para vigilar y monitorear que estos establecimientos cumplan las medidas sanitarias o apela a la buena fe de cada uno de ellos?

Estos puntos nos hablan de que no se ha administrado la pandemia como debe ser para disminuir los casos confirmados y por consecuencia los fallecidos. Porque incluso las autoridades federales determinaron hace dos semanas que la Ciudad de México debería estar en semáforo rojo y la Jefa de Gobierno decidió seguir en semáforo naranja.

Las medidas de distanciamiento social y confinamiento no fueron al azar. Estas medidas han sido necesarias e indispensables para evitar un mayor número de casos. Pero ¿la ciudadanía y la sociedad en general han respetado estas medidas? Por supuesto que no y eso tiene que ver con la enorme impunidad y el poco respeto a la autoridad.

Las autoridades de la Ciudad de México deben repensar el cómo enfrentan al COVID-19 para evitar repuntes considerables en números de casos confirmados y de fallecidos. Aunque sea necesaria la vuelta a la normalidad, se debe pensar, como sostiene Bismarck, en las próximas generaciones no en las próximas elecciones.

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