Cabello humano contra el petróleo en Mauricio

Continúa el estado de emergencia ambiental en Pointe d’Esny, parte de las islas Mauricio.

Los habitantes, voluntarios y comunidad ambiental en Mauricio siguen con las arduas labores para proteger su isla y los santuarios de vida silvestre, humedales y toda la biodiversidad de la Isla. El primer ministro, Pravind Jugnauth pidió apoyo a Francia, país al que pertenecían y, ellos han respondido al igual que organismos internacionales.

Ayer les comentábamos en LeMexico de esta horrible tragedia y que todos quienes estaban trabajando en salvar la isla ponían barreras con costales rellenos de caña de azúcar. Hoy los están rellenando de cabello humano, que no absorbe el agua pero sí el combustible. Así que ahora brigadistas y ciudadanos no solo están dando sus fuerzas y participación, también están donando su cabellera.

Las peluquerías y estéticas están ofreciendo cortes gratuitos a quienes donen su cabello a la causa. Hasta turistas y extranjeros se están uniendo a la campaña.

El cabello es biodegradable y absorbe a la perfección. Las nuevas barreras las componen paja y cabello dentro de cilindros flotantes para contener el petróleo de la superficie.

Quien se dio cuenta de ello por primera vez fue Phil McCrory, un peluquero en Alabama que observó por televisión un desastre natural, el famoso accidente de Exxon Valdes en 1989 en Alaska. Ahí observó cómo en el pelo de una nutria marina se había saturado del petróleo. Se le ocurrió que podría pasar lo mismo con el pelo humano.

En su casa, tomó una de las medias de su esposa y la llenó del cabello de sus clientes, puso en una bañera agua con petróleo y pasó por encima de la media, el interior absorbía el combustible y limpiaba considerablemente el agua. La NASA, así como otras instituciones, replicó el experimento y corroboró que sólo quedaban 17 partes por millón del petróleo en el agua. En la Universidad de Sídney, Australia, también descubrieron que la cutícula del pelo humano lo hace un biosorbente altamente hidrofóbico, con una corteza muy porosa que atrapa varios tipos de contaminantes.

Pero el peluquero McCrory no se quedó sólo allí, se asoció con la ambientalista Lisa Craig y juntos crearon Clean Wave, asociación que lleva a cabo recolectas de cabello, plumas, pelambre y otras fibras para hacer barreras flotantes reciclables cilíndricas o en esfera. Algunos de sus productos también los usan los gobiernos para contener los contaminantes de los desagües y coladeras.

Sin embargo, no son tan flotantes, han llegado a hundirse en pruebas. El conjunto de fibras es más efectivo si se friega a mano, lo cual implica una gran cantidad de obra, más de la que ya hay en el lugar.

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